Opinión

La paciencia de la araña (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En diciembre del 2019, Boris Johnson ganó las elecciones en Inglaterra y desde que asumió el mando empezó a cosechar el descrédito debido a una seguidilla de escándalos. La punta del iceberg fue el llamado “Partygate”, las fiestas en las que participó el primer ministro cuando el país atravesaba un riguroso confinamiento por la pandemia. La oposición inglesa esperó paciente y recién, después de más de dos años, fue al ataque con una moción de censura que, aunque no logró ser aprobada en el Parlamento, ha dejado debilitado y contra las cuerdas a Johnson. En el Perú, los detractores del Gobierno de Pedro Castillo aplicaron una estrategia diferente y son otros los resultados.

Los ataques contra Pedro Castillo empezaron el mismo día en que se instaló en Palacio de Gobierno y continuaron día a día sin parar. A los ocho meses ya habían presentado dos mociones de censura y convocado a decenas de marchas de protesta al grito de “¡vacancia, vacancia”. Fracasaron las mociones de censura y las marchas cada vez convocaron a menos gente. Hoy, luego de diez meses, la oposición admite que una tercera moción también la haría morder el polvo de la derrota. Y, para colmo, ya pocos acuden a las marchas, pese a que las denuncias son cada vez más graves.

En Inglaterra llevan dos años intentando sacar del poder a Boris Johnson. Si aún no lo han logrado no es porque sean tan tontos que no se les ocurrió gritar “¡vacancia, vacancia!” desde el primer día y pretender que con eso bastaba, sino porque están aplicando otra estrategia. Buscaron pruebas y esperaron con la paciencia de una araña. Los diarios The Guardian, Daily Mirror, The Times y Daily Telegraph publicaron sendas fotografías del primer ministro rompiendo la cuarentena en plena ola del COVID. En ellas aparecía Johnson bailando, comiendo y tomando licor rodeado de varias personas, cuando las autoridades sanitarias exigían el confinamiento, el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Recién ahora, luego de dos años, la oposición va por la vacancia.

En Perú quisieron vacar a Castillo “en one”, ayer, anteayer y en los meses pasados, desde que se puso primera vez la banda presidencial. Todos los días y por cualquier medio, aprovechando cualquier oportunidad. A rajatabla, corriendo como pollo sin cabeza. En vez de pensar como político.

El análisis de este tema se torna interesante. Lo que ocurre en Inglaterra y en Perú, con sus afinidades, diferencias y resultados, salvando las distancias, debe ser tomado como lección por los políticos, sus asesores y sus consejeros para no “normalizar” el fracaso. Mañana continuamos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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