Se ha hablado mucho acerca de la legitimidad del actual Congreso de la República por la probable designación de los miembros del Tribunal Constitucional que, dicho sea de paso, a excepción del doctor Augusto Ferrero que le quedaría poco más de un año de gestión, el resto expiró su mandato hace más de dos años. La Carta Magna señala que el período de gestión de los magistrados es de cinco años, sin embargo, seis de sus siete miembros, ya cuentan con siete años.
Entonces, nos preguntamos, ¿por qué muchas autoridades del gobierno ligados a la izquierda caviar señalan que este Congreso complementario está deslegitimado y que se debería esperar que el próximo Parlamento ya electo designe a los miembros del Tribunal? La respuesta es obvia, pues los fariseos de las izquierdas extremas y caviares que vergonzosamente protegieron a Vizcarra de sus mentiras, delitos y tropelías, saben perfectamente que será hazañoso, casi imposible, que el Parlamento electo tan fragmentado y polarizado no podrá ponerse de acuerdo para llegar a consensos y nombrar a sus nuevos miembros, ya que, según la propia Constitución, se necesita mayoría calificada para elegirlos, es decir un mínimo de dos tercios del número legal de Congresistas, es decir, 87 votos mínimo.
Es bien sabido, que la mayoría de este Tribunal Constitucional, en una sentencia inaudita, legitimó el inconstitucional cierre del Parlamento el 30 de septiembre de 2019 por parte del inefable ex presidente Martín Vizcarra, violando la Constitución, al crear la famosa “denegación fáctica de la cuestión de confianza del Congreso”. En otros momentos, ha jugado, repito, no por unanimidad, pero sí por mayoría, con grupos politizados de izquierda ligados no solo al ex presidente Vizcarra, sino también al propio presidente encargado, Francisco Sagasti quien hace poco, en actitud matonesca y avasallante, en clara interferencia de poderes, amenazó al presidente de la Comisión de Constitución del Congreso, para no aprobar más reformas, sobre todo el regreso a la bicameralidad o la regulación de la cuestión de confianza. Asimismo, en clara interferencia, le advirtió que, si este Congreso elegía a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, entonces él sacaría a la gente a las calles contra el Poder Legislativo.
Estamos ya advertidos, que lo que ostenta la izquierda caviar y también la extrema, es elaborar una nueva Constitución comunista, vía Asamblea Constituyente, previa disolución del nuevo Parlamento, con el nuevo voto de legitimidad de este Tribunal Constitucional en su mayoría ideologizado. También debo dejar en claro que, en mi presidencia de la Comisión de Constitución, elaboramos una modificación del reglamento para elegir de manera meritocrática y a través de un concurso público como filtro, el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional. Todos estuvimos de acuerdo. Pero ahora, de acuerdo a los intereses subalternos, todo ha cambiado. Es lamentable, es una vergüenza. Ya estamos advertidos lo que vendrá, sino designamos los actuales parlamentarios a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional. Como corresponde.
(*) Ex vicepresidente y Congresista de la República
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
