Opinión

Justicia para algunos

Por: Vania Dongo

El panorama del sistema judicial ha sido un carnaval en estas últimas semanas, después de contemplar el espectáculo entre fiscales, Benavides vs. Barreto; recientemente, la Junta Nacional de Justicia ha suspendido a Patricia Benavides por presuntamente liderar una organización criminal en el Ministerio Público.

Luego, el fiscal interino Pablo Sánchez renunció al cargo y, a la fecha de la presente nota, Juan Carlos Villena ha asumido el cargo de fiscal de la nación. No sabemos qué podemos esperar el día de mañana, pero queda la sensación de un sistema político desordenado y debilitado.

Todo esto resalta la poca institucionalidad de uno de los poderes más importantes del país, el judicial. Situación que, en vez de brindarnos confianza en las instituciones, nos da mayor sensación de que todo está mal y que el contrapeso de poderes no funciona. De acuerdo con la encuesta sobre corrupción de Poética (2022), en los últimos años la sensación de corrupción ha aumentado, y el 34% de los encuestados ha percibido al Poder Judicial como el más corrupto.

Mientras los fiscales se pelean, miles de peruanos esperan justicia. Lamentablemente, nuestro sistema de justicia se caracteriza por largas listas de espera, colas interminables en el Poder Judicial y Ministerio Público y limitada actuación de las autoridades para proteger a los ciudadanos. Cualquier persona que ha accedido a los servicios públicos de estas entidades puede revelar en carne propia lo que implica pasar por estos procedimientos tan engorrosos.

Estos prolongados procesos afectan la salud mental de las personas, muchas veces los denunciantes se vuelven víctimas del sistema de justicia y tienen que soportar al sistema para poder obtener una gota de justicia. Y no solo le afecta a este grupo de personas, sino también a su entorno social. De acuerdo con un estudio realizado en España, tanto los demandantes como los demandados presentan un mayor pesimismo sobre el futuro, presentando síntomas psicológicos que afectan su desarrollo personal. «La salud del grupo más expuesto a procesos judiciales fue el que más se deterioró» (2020).

Enfrentar un proceso judicial produce estrés y ansiedad, cada proceso tiene una carga emocional acompañada de un evento traumático, situación tensa que enfrentan por periodos prolongados, además de las preocupaciones financieras que genera el proceso en sí mismo. Eventos como los de esta semana solo generan más desconfianza, deterioran la salud mental de los peruanos y en futuras elecciones la búsqueda de soluciones radicales.

Mientras los representantes de los poderes del Estado peruano se pelean y revelan la impunidad en la justicia, miles de peruanos que están involucrados en procesos legales son víctimas del sistema de justicia y su salud mental está siendo afectada. ¿Qué esperan para priorizar lo que realmente importa? ¿Dónde está su servicio a la sociedad?”

(*) Abogada y estratega en incidencia pública y comunicación social

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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