Opinión

Jugando a las escondidas

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En noviembre pasado, el ministro del Interior, Víctor Torres, dijo que Vladimir Cerrón no había salido del país y que su captura “es un hecho” y se daría “pronto”. Algo parecido había dicho su antecesor, Vicente Romero. Ahora, el jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dirnic), general PNP Óscar Arriola, señala que “Vladimir Cerrón, como todos los fugitivos y los que huyen de la justicia van a ser capturados”.

¿A quiénes se refiere con eso de “los demás fugitivos”? ¿A Fray Vásquez Castillo? El sobrino del expresidente Pedro Castillo lleva cerca de dos años prófugo y no lo encuentran ni con la recompensa ofrecida por el Ministerio del Interior. ¿Se refiere también al exministro Juan Silva? Este personaje tiene año y medio en la misma condición, posiblemente esté en Bolivia u otro país, lejos de la Policía Nacional.

Por su parte, Vladimir Cerrón tiene también más de 100 días en la clandestinidad y se burla de Policía a través de las redes sociales. Sin embargo, Óscar Arriola, jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dirnic), advierte que, cuando dice que “van a ser capturados”, es porque es “una afirmación enérgica y firme”.

Pero el optimismo y el entusiasmo no bastan para ejecutar con éxito cualquier tipo de acción. El expresidente Pedro Castillo tenía cierta injerencia en las fuerzas del orden como consecuencia, según parece, de los ascensos amañados tanto en la Policía como en las Fuerzas Armadas. En la actualidad también se sospecha de una relación de Cerrón con el gobierno de Dina Boluarte, que lo podría estar encubriendo para evitar que caiga en manos de las autoridades. La propia presidenta, como algunos ministros, han negado que el gobierno esté protegiendo a Cerrón, pero las sospechas sí se justifican.

Al problema de capacidad de la Policía se suma el de la corrupción al interior de sus filas. Dos policías de inteligencia participaron en el asalto a una joyería ubicada en el interior del mercado de Magdalena, perpetrado la tarde del último viernes. Las pruebas, los videos de los tres delincuentes que ingresaron a robar a la joyería, hablan por sí solos. Mientras que, en Lambayeque, el exjefe de Región Policial de Lambayeque, exgeneral PNP Max García, fue condenado a 5 años de cárcel por cobrar coimas a las discotecas.

Lamentablemente, esa es la realidad de la Policía. La telaraña de la corrupción ha llegado hasta su plana de oficiales, luego de pasar por la de los subalternos. Es preciso realizar una especie de profilaxis al interior de la Policía, una limpieza total. De lo contrario, la lucha contra el crimen seguirá fallando. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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