Todos los peruanos que sentimos y vivimos nuestra Patria llevamos la bandera del Perú en nuestras conciencias y en nuestros corazones.Por tanto,ofender a la blanquiroja es ofender a todos los peruanos y dar impunidad a quienes lo hacen constituye una inaceptable complicidad con quienes, al hacerlo, están además cometiendo un delito.
Esto es exactamente lo que ocurrió en Desaguadero, ciudad fronteriza con Bolivia, en donde un grupúsculo de personas -no sabemos ni siquiera si eran infiltrados del país del Altiplano- logró frustrar la ceremonia de izamiento del pabellón nacional que iba realizar un destacamento del ejército peruano no porque se impusiera por la fuerza sino, que duda cabe, porque desde arriba vino la orden de suspender la ceremonia por el temor de un enfrentamiento y las consecuencias que pudiera haber tenido.
Este hecho constituye una afrenta a la Patria cuyos responsables deben recibir la sanción correspondiente, comenzando por el Ministro de Defensa, responsable político de este hecho reprobable que una vez más coloca al régimen de Boluarte en una situación espinosa y contradictoria frente a la imperiosa necesidad de hacer respetar el principio de autoridad que es esencial para la existencia de un estado de Derecho, especialmente en un país como el nuestro depredado por la violencia desatada por la extrema izquierda comunista para destruir el sistema democrático.
La declaratoria de emergencia de Puno es hasta ahora una burla cuyo efecto ha sido contradictorio en la medida en que el desafío y el enfrentamiento de minoritarios grupos violentistas sigue su curso con total impunidad pese al trágico asesinato de 6 soldados del Ejército peruano en el río Ilave a manos de una turba violentista: ni siquiera pudieron defenderse porque estaban impedidos de usar sus armas.
Debe investigarse también porque se ha colocado en Puno a un coronel muy vinculado a los caviares, brazo legal de los terrucos que evidentemente han estado detrás de las asonadas y son los autores intelectuales del agravio que se ha hecho a todo el país en Desaguadero: ese tipo de señales son muy importantes para los senderistas porque implican una victoria simbólica frente a los representantes del sistema.
Lo que debemos hacer ahora, es izar la bandera del Perú en nuestras casas y en donde podamos hacerlo para que los terroristas sepan que nunca nos van a derrotar. Y que el gobierno rinda cuentas de este acto de cobardía.
(*) Presidente de Perú Nación Presidente del Consejo por la Paz
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