Opinión

Hace treinta años

Por: Antero Flores-Araoz

Hace treinta años, se elaboró y debatió la actual Constitución, que fue aprobada y promulgada en diciembre del año 1993, la que es conocida como la Constitución de 1993, que es su décima tercera ley de leyes.

El Congreso de la República, en conmemoración de dichos treinta años y recordando a quienes fueron miembros del Congreso Constituyente de aquel entonces, en el llamado “Hall de los Pasos Perdidos”, ha develado una placa.

La iniciativa partió del excongresista Juan Hermoza Ríos y del parlamentario andino Gustavo Pacheco Villar, habiendo sido acogida por la Mesa Directiva del Congreso que presidió José Williams Zapata.

Si bien como toda obra humana la actual Constitución, que es una de las más longevas, es perfectible, ello puede hacerse a través de enmiendas parciales tal como lo permite su artículo 206 y como ya se ha hecho en varias oportunidades, no siendo necesario hacer una nueva Constitución, pero sí corregir algunas omisiones como la del Senado de la República y algunos errores como haberle quitado la posibilidad de reelección parlamentaria, que nos ha dejado sin la necesaria experiencia y magisterio de los que tuvieron solera y versación en la función legislativa. Podría también incorporarse el preámbulo de la Carta de 1979.

Muchas cosas se han dicho sobre la actual Constitución, como la de expresar que no todas las agrupaciones políticas estuvieron representadas en el CCD que la elaboró, pero ello no fue por imposición de nadie, sino por propia decisión de quienes decidieron no participar en su preparación.

También se ha dicho que es una Constitución color naranja, por la tonalidad del partido de gobierno de aquel entonces, pero ello no es cierto pues hubo participación de diversas otras agrupaciones políticas de todas las tendencias, quienes hicieron valiosísimos aportes, muchos de ellos reconocidos en el texto que fue aprobado en su mayoría de artículos por no menos del ochenta por ciento de sus ochenta integrantes y ello debido principalmente a la actitud dialogante y concertadora de quien presidió la Comisión de Constitución: Carlos Torres y Torres Lara, de lo que puedo dar fe como congresista constituyente.

En la gestación de la Constitución destacó la conducción de los debates a cargo de Jaime Yoshiyama, las propuestas sobre organización del Estado de Enrique Chirinos Soto, la temática judicial con sugerencias de César Fernández Arce, los aspectos sociales señalados por Henry Pease, los asuntos de descentralización preferidos por Róger Cáceres Velásquez, todo lo relacionado con actividades extractivas en que fue relevante Celso Sotomarino Chávez, los aspectos educacionales tan preferidos por Gloria Helfer o los de seguridad social de Xavier Barrón Cebreros, así como los relacionados con nuestra selva a propuesta de Roger Amuruz Gallegos, los internacionales tan apreciados por Alejandro Tudela, los económicos con la versación de Manuel Moreyra Loredo y Víctor Joy Way, entre otros y, sin olvidar los culturales con el acierto de Luis Enrique Tord Romero.

Hubo algunos ex rectores que dieron talla en los aspectos universitarios.

Nos disculpamos con los no mencionados, pero no con menor mérito, pues toda enumeración resulta siendo odiosa, pero podemos agregar que gracias a las disposiciones del capítulo económico, las garantías a la inversión han activado durante tres décadas el crecimiento de nuestro país, lamentablemente interrumpido en los últimos tiempos por gestiones erráticas para ser benignos en el calificativo.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

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