Opinión

Guerra contra España II

Por: Victor A. Garcia Belaunde

Días después de la firma del tratado Vivanco – Pareja, las islas Chincha fueron devueltas el 3/2/1865. Mientras que en Arequipa y el sur del Perú se levantaba contra el orden constitucional.

Triunfante la revolución y caído el régimen de Pezet, el nuevo gobierno de Mariano Ignacio Prado suscribe el tratado de alianza defensiva con Chile el 14 de diciembre de 1865 y en ese tratado como una muestra de la amistad con Chile le entrega nuestra armada a que defienda las costas chilenas; y le declara la guerra a España el 14 de enero de 1866, casi un año después de haberse firmado la paz con el tratado Vivanco – Pareja.

Fue sumamente arriesgado declarar la guerra a un país que tenía una poderosa armada en costas del Pacífico, y no contar con nuestras modernas corbetas la “América” y la “Unión”, y estando por salir de los astilleros los blindados “Huáscar” e “Independencia”, que al llegar a nuestro continente se quedaron a cuidar Valparaíso. En otras palabras, ¡estábamos en guerra y nuestra escuadra defendía costas de Chile!

El 7 de febrero de 1866 se produce el combate de Abtao, donde sale triunfante la escuadra aliada compuesta de los barcos Unión, América y Apurímac, mientras Chile solo contaba con la recientemente capturada (26/11/1865) goleta Covadonga y los vapores menores Lautaro y Varas. El 31 de marzo de 1866 los españoles bombardean y destruyen el puerto de Valparaíso. Ante esta amenaza se comenzó a fortificar el Callao.

La escuadra española al mando de Casto Méndez Núñez llegó al Callao el 26 de abril y acoderaron sus barcos en la Isla San Lorenzo el 26 de abril de 1866. Y al día siguiente se anunció a las autoridades peruanas que se iba a bombardear el puerto. Dando un plazo de 4 días para la evacuación.

De esto podemos colegir dos cosas, si venían en plan de reconquista ¿porque avisaron de su ataque? y ¿Porque se dejó la isla San Lorenzo a expensas de los españoles con el propósito de servirles de base para desde allí atacarnos?

Las defensas del Callao se extendieron por la playa en diferentes baterías apostadas de norte a sur, lo extraño de esto es que cada uno de estos emplazamientos contaba con una enorme bandera peruana, que indicaba el blanco al enemigo y se les hacía más fácil apuntar sus cañones.

El patriotismo y el valor de los defensores del Callao mereció el reconocimiento de la nación en el monumento que hoy se encuentra en Lima donde se realza el sacrificio del ministro de guerra José Gálvez Egúsquiza quien rindió su vida en la torre de La Merced muriendo heroicamente, mientras esto ocurría el dictador Prado estaba muy bien guarnecido en la fortaleza del Real Felipe

. Por eso envió un telegrama a su esposa (30/4/1866) desde el Callao diciéndole “Por mucho que he hecho no me ha sido posible volver, tales han sido mis atenciones en estos momentos, pero no tengas el menor cuidado. Estoy convencido de que no debo exponerme, así lo exigiese la patria y todos los hombres que se interesan por ella: descansa pues tranquila”. Nunca se expuso y tenía intenciones de regresar a Lima no obstante el peligro que ocurría en el Callao; este hecho nos muestra la conducta de Prado que se manifestó nuevamente en su deserción en 1879.

La guerra contra España nos colocó como una nación que venció a una potencia extrajera, tuvimos la mejor escuadra del Pacífico, aunque estuvo en defensa de Chile; y con esos laureles nos dormimos durante 13 años sin adquisiciones navales de igual importancia, hasta llegada la declaratoria de guerra de Chile en abril de 1879, estos como ex aliados conocían nuestros barcos y contaban con una poderosa armada adquirida durante esos años con las consecuencias funestas que ya conocemos.

(*) Excongresista

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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