A estas alturas, nadie, medianamente imparcial e informado, duda que el estado de Israel es genocida y criminal. Al momento de suscribir este artículo, el ejército israelí ha matado 25,100 civiles palestinos en Gaza, esto representa más del 1% de la población total de la franja hasta el 7 de octubre pasado: dos millones y medio de personas.
En tres meses de conflicto con Hamas han destruido por completo 37,000 mil edificios, que representa el 20% de la infraestructura de la ciudad, dañando 144,000 edificios que representa al mismo tiempo más de la mitad de dicha infraestructura. La tercera parte de los más de 25 mil asesinados son niños. El 97% de los fallecidos son civiles inocentes. Esto es lo que se denomina limpieza étnica de Israel en agravio del pueblo palestino. El ejército israelí no ha perdonado ni escuelas, ni hospitales, aparte de bloquear la ayuda humanitaria internacional.
Lo que sucede hoy en Gaza contra los palestinos no tiene precedentes de crueldad en la historia de la humanidad. Hace pocos días soldados israelís incursionaron en un Hospital de Gaza, disfrazados de árabes y mataron alevosamente a tres enfermos que ellos “consideraban” se trataría de guerrilleros del Hamas. Hay que puntualizar que lo escrito en esta columna no son comentarios, son datos, es información y cifra objetiva. Como consecuencia de la barbarie israelí dirigida por su primer ministro Netanyahu, Sudáfrica presentó una solicitud a la Corte Internacional de Justicia en la Haya contra Israel por delito de Genocidio.
El Tribunal aceptó la demanda de Sudáfrica y las medidas cautelares que debían implementarse de inmediato, medidas que están vinculadas al artículo 2° de la Convención sobre Genocidio, el que se define como: “cualquiera de los actos cometidos con la intención de destruir total o parcialmente un territorio nacional, grupo étnico, racial o religioso y causar daño físico o mental grave o asesinato a miembros del grupo” (limpieza étnica). La decisión del tribunal internacional fue que Israel está prohibido de seguir con sus acciones genocidas y de destrucción contra los residentes en Gaza y tomar medidas para prevenir la incitación al genocidio, asimismo la liberación inmediata de presos y detenidos. Transcurrido un mes, Israel deberá presentar un informe a la Corte Internacional de Justicia con resultados.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, destacó que las decisiones de la Corte Internacional de Justicia son vinculantes y remitió inmediatamente la notificación de las medidas temporales impuestas por la Corte al Consejo de Seguridad de la ONU. Ahora bien, la resolución emitida requiere urgentemente un alto al fuego para su implementación pues a pesar de que los procedimientos internacionales son largos, ya Israel está acusado de genocidio frente al mundo, y más temprano que tarde Benjamin Netanyahu tendrá que ser condenado como criminal de guerra.
La decisión de la Corte Internacional de justicia recuerda a la humanidad que ningún Estado está por encima de la ley y que la justicia se aplica para todos, poniendo fin a la cultura del crimen e impunidad de Israel, representada por 57 años de ilegal ocupación, agresión y apartheid contra el pueblo palestino.
(*) Exvicepresidente del Perú.
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