En los años 80, cuando los partidos progresistas se juntaron para formar la coalición Izquierda Unida, se manejaba una terminología política muy particular, en gran parte devenida del glasnost y la perestroika, las grandes reformas aplicadas en Rusia. Los partidos de izquierda, cada uno con sus matices propios, propugnaban siempre un gobierno de ancha base. La noche del último lunes, el presidente Pedro Castillo desempolvó ese término y anunció un Gabinete Ministerial de ancha base.
Quizá muchos no reparen en lo que esto significa, pero para interpretar el mensaje del mandatario es necesario conocer de qué se trata. Un Gabinete de ancha base debe estar integrado por profesionales independientes o con determinada filiación política, pero con capacidad y experiencia comprobada, sin ningún tipo de cuestionamiento, de buena voluntad y dispuestos a trabajar por el bien del país con absoluta transparencia y sin que sus decisiones puedan ser torcidas por algún sesgo ideológico o político. El objetivo es generar consensos, confianza y credibilidad, algo de lo que carece en gran medida el actual Gobierno.
Un Gabinete de ancha base debe ser capaz de convocar la unidad nacional que el Perú requiere para enfrentar la difícil situación sanitaria y económica causada por la pandemia. Uno de los principales problemas que ha encontrado el Gobierno es la elección del presidente del Consejo de Ministros, pese a que ha probado casi de todo. Empezó con perulibrista radical como Guido Bellido, luego recurrió a la izquierda denominada “caviar” con Mirtha Vásquez y después con Héctor Valer, un personaje de perfil político ambivalente que pasó por el Apra, Renovación Popular y otros partidos, además de tener antecedentes de maltrato familiar. Ninguno dio buenos resultados y más bien contribuyó al deterioro de la imagen del Gobierno.
Ahora, con la designación del exministro de Justicia, Aníbal Torres como nuevo Premier del cuarto gabinete de Castillo desde que asumió el mando el pasado 28 de julio del 2021, se espera en adelante que no se registren más confrontaciones con los representantes del Congreso de la República y el país se eche “andar” por el bien de todos los peruanos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
