Opinión

¿Está Joe Biden en condiciones de gobernar?

Por: Luciano Revoredo

Desde hace tiempo que Joe Biden de 81 años da señales de estar física y sobre todo mentalmente deteriorado. Se pierde en los discursos en los que además comete permanentemente dislates, se desubica cuando camina, se tropieza constantemente y por decirlo de una manera sutil, su trato público con mujeres y niñas es a veces inadecuado.

En más de una ocasión estas condiciones del presidente de los Estados Unidos han preocupado a algunos analistas en el sentido de si está hábil para ocupar un cargo de tanta responsabilidad.

Recientemente, en un discurso de campaña en Las Vegas, en el que en varios momentos perdió la ilación de su alocución confundió a Emmanuel Macron con el expresidente francés Francois Mitterrand, fallecido en 1996.

Hace apenas una semana, en un discurso durante un evento en la Casa Blanca en reconocimiento al Mes de la Historia Negra, se refirió a la toma del Capitolio y contó que cuando fue a la cumbre del G7 “Helmut Kohl, de Alemania, me miró y dijo: ‘¿Qué diría, señor presidente, si mañana por la mañana leyera el Times de Londres y se enterara de que 1.000 personas habían derribado las puertas del Parlamento británico y matado a algunos?”, Lo que resultó otra tremenda pérdida de coherencia de Biden, ya que cuando sucedió esa cumbre en el año 2021, Helmut Kohl ya tenía cuatro años de fallecido y obviamente no pudo asistir a ese evento internacional.

En estas condiciones, Biden enfrenta cargos por haber retenido y compartido información altamente clasificada, incluso sobre política militar y exterior en Afganistán e importantes documentos de su etapa como vicepresidente (2009-2017) en su domicilio, y no entregarlos al Archivo Nacional. Al respecto el fiscal especial Robert Hur que ha investigado el tema durante quince meses ha dicho: “(…) sería difícil convencer a un jurado de que debería condenarlo, es un anciano bien intencionado con mala memoria, quién lo condenaría por un delito grave que requiere un estado mental de agudeza”. Las acusaciones son graves, pero también es grave lo que escribe el fiscal en su informe:

“En su entrevista con nuestra oficina, la memoria del señor Biden era peor. No recordaba cuándo fue vicepresidente, olvidó el primer día de la entrevista cuándo terminó su mandato (“si fuera 2013, ¿cuándo dejé de ser vicepresidente?”), y olvidó el segundo día de la entrevista cuándo comenzó su mandato (‘en 2009, ¿todavía soy vicepresidente?’).

No recordaba, ni siquiera al cabo de varios años, cuándo murió su hijo Beau. Y su memoria parecía confusa al describir el debate sobre Afganistán que alguna vez fue tan importante para él”.

Ante esta situación, el propio Biden en una conferencia de prensa declaró que se encontraba bien, que su memoria estaba bien, pero increíblemente en esa misma conferencia parecía perdido y balbuceante. Y para cerrar su autodiagnóstico de buena salud mental, cuando se habló sobre la situación en Medio Oriente se refirió al presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, como el “presidente de México”.

Cabe preguntarse si en estas condiciones realmente Biden gobierna los Estados Unidos.

*Analista político

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