Opinión

El racismo en el siglo XXI

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En 1897, Clemente Palma, el hijo mayor del tradicionalista Ricardo Palma, escribió la tesis “El porvenir de las razas en el Perú”, donde postuló disparates. Afirmó, por ejemplo, que la raza india pura “es inepta para la civilización”, la china es “decrépita” y la negra “es muy inferior”. Y que, claro está, la raza española es “muy superior”. Estos argumentos parecían haberse superado, pero de vez en cuando surgen reflexiones como la de María del Carmen Alva, quien en un discurso se refirió a “los blancos y los indios”, una terminología clasista que denota que el racismo sigue presente.

Clemente Palma, quien hizo dicha tesis para optar el grado de bachiller en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también fue parlamentario y ofició como constituyente entre 1919 y 1930. Eran tiempos de Leguía y el racismo estaba en auge, pero justamente en el 30, cuando Palma hijo terminó su gestión legislativa, asumió el gobierno peruano el presidente Sánchez Cerro, quién rechazó todo tipo de discriminación y tomó medidas contra el racismo.

El racismo durante las primeras décadas del siglo XX, como práctica ideológica y a la vez filosófica, tenía un discurso colonizador y homogeneizador que se configuraba a partir de prácticas sociales y discursivas de exclusión, marginación y denigración de las personas que no eran blancas. La postura racial radical de Clemente Palma fue analizada y refutada por Rubén Quiroz Ávila en su ensayo “La razón racial” (2015), donde desmonta las fantasías de un discurso eurocéntrico implantado e interiorizado desde la invasión y la colonización española.

Ya en el 2007, el psicoanalista Jorge Bruce, en su obra “Nos habíamos choleado tanto”, reconocía la prevalencia del racismo aun en el siglo XXI, más de cien años después de las elucubraciones teóricas de Clemente Palma. Por entonces, Bruce señalaba que en una sociedad como la peruana el racismo actúa como una “ideología proteica” capaz de adaptarse e influenciar cada una de las etapas de la historia y de mimetizarse eficazmente en el día a día.

Pero solo se mimetiza, sino que también se hace patente, como ocurrió en la anterior campaña electoral, cuando las redes se inundaban de frases racistas. Con las expresiones de la presidenta del Congreso se confirma que es un problema penosamente aún vigente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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