El Perú tiene el privilegio de ser uno de los pocos países que han sido anfitriones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en tres ocasiones, lo cual, desde ya, es un logro significativo. Ya en los años 2008 y 2016 fue el organizador, pero esta edición 2024 tiene una relevancia especial, pues el país está en proceso de reactivación económica tras la pandemia del covid-19 y el evento coincide con la inauguración del megapuerto de Chancay, que permitirá impulsar el comercio precisamente con los países que están en Asia y Oceanía.
Ser anfitrión en múltiples ocasiones, para el Perú no solo es indicador de una buena reputación y de garantía para asumir los objetivos del APEC, sino también de una capacidad demostrada para manejar eventos internacionales de esta magnitud.
Esta confianza brinda al Perú la oportunidad de liderar debates sobre temas claves relacionados con el comercio, inversión y crecimiento económico sostenible, además de posicionarlo como un centro de negocios y turismo en la región del Asia-Pacífico.
Para nuestro país, organizar el APEC por tercera vez representa un logro significativo en términos de visibilidad internacional, así como una oportunidad estratégica para el desarrollo económico y social, lo cual es uno de nuestros grandes anhelos. Es decir, el importante evento nos permitirá ampliar y consolidar nuestra posición en la economía global.
Este cónclave reúne a 21 economías de la región Asia-Pacífico, las cuales representan aproximadamente el 60 % del PBI mundial y casi la mitad del comercio mundial. Por ello, se fortalece la posición del Perú como un actor clave en el escenario económico global, lo que brinda beneficios directos e indirectos que pueden impulsar la economía a través de diversas áreas y rutas. APEC 2024 no solo pone al Perú en los ojos del mundo, sino también constituye una vitrina para mostrar nuestras potencialidades para el comercio, la industria, la agroindustria, la minería, la pesca, el turismo y otros sectores que forman parte de un gran sistema productivo que redunda en beneficio de nuestra economía.
Así las cosas, cómo es posible que un puñado de avivatos de la política pretendan sacar provecho de una protesta, que inicialmente fue legítima, pero que se enturbió con el cariz electorero que le dieron elementos a los que les conviene el desprestigio del país.
Porque quienes pretendieron boicotear el APEC, más que perjudicar al Gobierno de turno, le hubieran causado un terrible daño al Perú. Felizmente, la gran mayoría de los peruanos le dijeron no al paro. Vamos para adelante. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.