Opinión

El libro, importancia y vigencia (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Es cierto que la lectura de libros impresos ha bajado debido a los formatos digitales. Pero también es una triste realidad que, debido a las redes y otras distracciones que ofrece el ciberespacio, está creciendo el número de personas que no leen nunca o casi nunca, lo cual está causando un terrible efecto la adquisición de conocimientos. Sin embargo, también hay una saludable resistencia a esa tendencia y lo demuestra “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo, libro que ya mencionamos aquí y que lleva más de un millón de ejemplares vendidos.

“El infinito en un junco” trata, precisamente, de los orígenes del libro y recorre la historia de este asombroso artefacto que nació hace cinco milenios, cuando los egipcios descubrieron el uso que le podían dar a un junco al que llamaron “papiro”. Según la sinopsis de la obra, la autora se remonta a los campos de batalla de Alejandro, los palacios de Cleopatra, las primeras librerías y los talleres de copia manuscrita, pero también visita las hogueras donde ardieron códices prohibidos, la biblioteca de Sarajevo y el laberinto subterráneo de Oxford en el año 2000.

En España, según el Barómetro de Hábitos de la Lectura y Compra de Libros, los índices de lectura del 2023 se mantuvieron respecto al 2022 (52 % de lectores frecuentes). Sin embargo, el porcentaje de personas que leen en su tiempo libre experimentó una pequeña caída, del 64.8 % al 64.1 %. Mientras que los que no leen nunca o casi nunca crecieron levemente, del 35.2 % al 35.9 %.

En el Perú, el 47.3 % de personas leyó por lo menos un libro en el 2002, según la Encuesta Nacional de Lectura (ENL), que se efectuó entre la población de 18 a 64 años. El relativo éxito de las últimas ferias del libro confirma que en nuestro país hay aún un considerable porcentaje de personas que leen, lo cual es muy bueno.

En realidad, la lectura de libros en papel tiene grandes ventajas. Mucho se habla de la experiencia táctil y sensorial, la menor fatiga visual y el sentido de pertenencia, el valor sentimental y de coleccionismo. Es cierto, pero quizá el valor más importante es que la lectura de textos impresos reporta más comprensión y entendimiento. Y ello es así porque se lee con mayor atención, sin las distracciones de las redes sociales u otras plataformas que están presentes en una pantalla digital.

La adquisición de conocimientos profundos aún está en el libro de papel. Y si los estudiantes leen cada vez más en formatos digitales, allí puede estar la razón del declive de los niveles del aprendizaje. Un interesante tema que podemos analizar próximamente. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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