Opinión

El derecho fundamental del agua para todas las personas

Por: Omar Chehade Moya

Hace nueve años, cuando presidí por primera vez la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso de la República, propusimos a través de un proyecto de ley constitucionalizar el agua como derecho fundamental para todos los peruanos. Dicha reforma constitucional la aprobamos por mayoría en la Comisión, sin embargo, cuando llegó al pleno del Parlamento lamentablemente fue frenada por algunos grupos de poder ultraconservadores con el apoyo del ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento que veía en la reforma un mero y frío gasto, y una obligación adicional a su trabajo como titular del sector, en lugar de tomarlo como un acto de sensibilidad humana en favor de todos los ciudadanos.

No obstante, dejamos sentadas las bases de la reforma constitucional para obligar al Estado a preocuparse seriamente de los servicios básicos y la defensa de la dignidad de todos los peruanos. Una nación sin agua, sin alcantarillado y alumbrado eléctrico está condenada a la miseria, al hambre, al subdesarrollo y a la pobreza. Sin agua no hay democracia que valga, generando más injusticia social que da lugar a caldos de cultivo de violencia y desolación.

Años más tarde nuestro esfuerzo dio frutos cuando el Congreso nacional aprobó con algunas modificaciones, la ley que declara en la Constitución el agua como derecho fundamental. Se agregó el artículo 7 A) en la que dice: “El Estado reconoce el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y universal al agua potable. El Estado garantiza este derecho priorizando el consumo humano sobre otros usos. El Estado promueve el manejo sostenible del agua, el cual reconoce como un recurso natural, esencial, y como tal constituye un bien público y patrimonio de la nación. Su dominio es inalienable e imprescriptible”. Si bien se avanzó normativamente en la tarea, en la práctica todavía se ve incompleta.

En Lima existe un 8% de personas que no cuentan con servicio de agua. Si tenemos en cuenta que en la capital existen poco más de 10 millones de habitantes, resulta que 803,103 limeños aproximadamente no tienen agua potable. A esto hay que sumarle más de un millón de personas que no tienen agua de calidad, o solo tienen agua por horas. Es decir, cerca de 2 millones de capitalinos, (casi el 20%) sufre de agua potable en Lima. Similar estadística sucede con la red de alcantarillado en la ciudad. Las zonas que más sufren de escasez o ausencia de agua y servicios básicos son la periferia; Lima Este: San Juan de Lurigancho, parte de Ate, Lima Balnearios, y en Lima Norte gran parte de Comas, San Martín, Ancón, Santa Rosa, entre otros.  Lima Sur tampoco es ajeno a esta precariedad, esto sin contar los efectos del calentamiento global que en algunos años podría hacer perecer a millones de peruanos.

Desde la alcaldía de Lima el nuevo burgomaestre tendrá que hacer una labor titánica junto con Sedapal, y el gobierno central para gestionar el acceso de agua potable y alcantarillado al 100% de los ciudadanos para que tengan una vida digna. Tenemos que defender Lima.

(*) Candidato a la Alcaldía de Lima por APP

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

 

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