Uno de los grandes problemas de la educación actual, tanto escolar como superior, es el deficiente nivel de los egresados en cultura general. Se nota claramente en el periodismo, pero las consecuencias de la relegación de materias como historia, geografía, filosofía y lógica, entre otras, se ven a nivel general, más aún en carreras relacionadas con la tecnología. La gran mayoría de jóvenes, aun cuando han terminado con éxito sus estudios, no tienen ni siquiera conocimientos básicos de cultura general. Y ya sabemos que los estudiantes no se deben formar solo como profesionales, sino también como personas.
Por eso, nos parece bien que vuelvan a los colegios los cursos de filosofía (también lógica), economía, educación cívica y otros que tienen que ver con la formación de la persona humana.
Una frase atribuida a Napoleón Bonaparte dice que “el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Resulta realmente triste y preocupante que alumnos de los últimos ciclos de la universidad, al ser consultados por los medios de comunicación, no sepan responder preguntas facilísimas de historia, literatura y otros conocimientos básicos.
No solo depende de los alumnos, sino también de los profesores y de la famosa currícula -en realidad es currículo- que contiene los planes de estudios y las materias. En estos tiempos, tanto en los centros de estudios nacionales como particulares, se tiene la idea de que se deben afianzar los conocimientos relacionados con la tecnología y desdeñar los de cursos de cultura general. Craso error.
Como consecuencia de esa equivocada visión, no solo los estudiantes sino también los profesionales formados bajo esos criterios se están automatizando y asumiendo una característica individualista que los lleva a perder la sensibilidad, la perspectiva social, el aprecio por el arte y otras opciones enriquecedoras de la persona humana. Todo quieren resolverlo con un clic, en un aparato tecnológico. Así, las videollamadas, el zoom y el emoticón están reemplazando a la vida social. Claro que en estos tiempos de pandemia es necesaria la distancia, pero la tendencia es hacia el sedentarismo y la telecomunicación. No olvidemos que “tele” es un prefijo griego que significa “lejos”.
Los conocimientos en cultura son fundamentales para poder ejercitar, precisamente, la sensibilidad, el entendimiento, el razonamiento y la comunicación, algo que nos hace mucha falta. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
