Opinión

El criminal y asesino Abimael Guzmán

Por: Richard Arce Cáceres

Son 30 años de la captura del criminal y asesino de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso que llevó a todo el país a un espiral de violencia sin precedentes, todo por la insania terrorista de unos dementes que pretendieron irrumpir en nuestra frágil democracia, para implantar un régimen totalitario de corte comunista, al estilo Camboya.

Y es importante recordar este momento histórico por todo lo que representa para el país. La historia del terrorismo, personificada en un criminal como Guzmán, que llego a extremos de mitificar su imagen, hasta el extremo de rendirle culto y asesinar en su nombre a miles de peruanos, sobre todos de los estratos más humildes. Por eso es un hito histórico su captura, gracias al trabajo encomiable del GEIN, grupo especial de la Policía.

Los episodios de violencia-son inenarrables en los testimonios de las víctimas y sus familiares ante la Comisión de la Verdad; pero también tenemos otros testimonios anónimos de los que vivimos en esas regiones, que fueron arrasadas por la violencia criminal de sendero.

Como país sigue pendiente una verdadera reconciliación nacional, que nos ayude entender la magnitud del daño ocasionado y la importancia de impartir justicia, para las víctimas y sus familiares, que aún siguen esperando la atención del Estado. Aquí es determinante que se entienda que el espiral de violencia arrastró también a un sector de militares y policías que cometieron excesos y violaciones a los derechos humanos, que no puede tener perdón ni olvido.

Esto es importante resaltar, porque en este punto se han profundizado las heridas de esta nefasta etapa; porque han querido construir una narrativa de persecución y hasta de venganza con la lucha incansable de las familias, víctimas de algunos de estos malos militares, para buscar justicia.

No es venganza, es justicia y es un deber del país promoverla. Mientras quede en impunidad estos crímenes seguirá la sensación de abandono del Estado a las víctimas; se tiene que sancionar con todo el peso de la Ley a los responsables, que incluye también a algunos militares y policías involucrados en estos excesos y crímenes.

Pero que no se permita la manipulación de la historia, se debe informar con transparencia y honestidad, porque también se ha aprovechado para estigmatizar a toda las fuerzas armadas y la policía, que puso el pecho en el momento más complicado de la violencia que se vivió en aquellos años 80 y 90, y fueron los artífices de la paz que hoy vivimos.

El camino de la reconciliación nacional pasa por generar memoria colectiva, para aprender de nuestra historia vivida, para que las generaciones venideras puedan conocer el grado de violencia y dolor que se vivió en esos años, para no volver a repetirlas. No sigamos dividiendo al país, que es muy peligroso, ya vimos sus consecuencias.

Un currículo escolar que cuente la historia en su verdadera magnitud, no es apología al terrorismo, al contrario, genera conciencia social y cívica y nos ayudará a evitar repetir esta historia de sendero.

Coincidimos en el mensaje, que los mayores responsables y criminales fueron los integrantes de sendero luminoso, que deben estar proscritos y que tengan la condena social; por eso es importante celebrar los 30 años de la captura del criminal y asesino de Abimael Guzmán.

(*) Excongresista

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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