Opinión

El APRA volvió

Por: Jorge del Castillo Gálvez

Esta semana, el Jurado Nacional de Elecciones declaró infundada la apelación a una tacha presentada por el antiaprismo y que fuera rechazada en primera instancia, quedando ahora definitivamente sin lugar; de esta manera, el partido Aprista Peruano recupera su legalidad al quedar inscrito en el Registro de Organizaciones Políticas ROP, para poder participar en actos electorales y otras actividades oficiales.

Digo recupera su legalidad, porque la legitimidad que le da su doctrina y su militancia siempre han estado presentes, tal como lo ha demostrado la asistencia de centenares de apristas en marchas y movilizaciones contra el gobierno totalitario de Pedro Castillo.

Este es un momento donde mucha gente ha cifrado sus esperanzas democráticas en un partido con doctrina, ideología, programa y militancia que tiene los argumentos y la actitud para confrontar en el ámbito de las ideas a las propuestas extremistas de derecha y de izquierda.

En nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre y los mártires del Aprismo que murieron por defender su causa, que enfrentaron los pelotones de fusilamiento en Chanchán; que sufrieron persecución y destierro; que pasaron años en mazmorras de dictaduras y cuando salieron lo hicieron sin odios, de los que fueron despedidos de sus trabajos por ser apristas, de las familias que quedaron en el desamparo pero mantuvieron la fe, de los que activan para servir a los demás sin pedir nada a cambio; en nombre de todo ello, tenemos el deber de estar a la altura de las circunstancias y agradecer esta nueva oportunidad que nos da el pueblo para representarlo y contribuir a salvar al Perú en su momento más crítico.

La amenaza que se cierne hoy sobre la Nación, es el imperio del caos y el desorden propio de ideologías trasnochadas, que bajo el pretexto de servir a los necesitados, lo que pretende hacer es imponer sus medidas pero de manera violenta; no les gusta que les llamen comunistas a los azuzadores, pero cuando una ideología tiene como máximas que “la violencia es la partera de la historia” y que “el poder nace del fusil”, tenemos idea clara porque la intolerancia y el totalitarismo se quieren imponer a sangre y fuego, impulsados por los mismos que hace pocos años sembraron muerte y destrucción para querer destruir el Estado y construir uno nuevo que solo existía en sus afiebradas mentes.

Muchos ciudadanos que apoyan esas actitudes no es que sean comunistas ni que conozcan de qué se trata, sino que tienen un sentimiento de exclusión histórica y son parte desfavorecida por la brecha social, económica, educativa e incluso tecnológica que caracteriza al país. El deber de un Partido es reducir esas brechas progresivamente con paz y trabajo que genere desarrollo económico con equidad; y no mantenerlas y menos creer que desaparecen por actos de violencia que afectan las libertades.

El APRA volvió para traer Justicia Social con Pan y Libertad.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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