Opinión

El centenario del Apra

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El 7 de mayo, como hoy, pero de 1924, un joven Víctor Raúl Haya de la Torre, acérrimo luchador contra la plutocracia y las dictaduras militares que gobernaron el Perú en un periodo de triste recordación, fundaba en México la Alianza Popular Revolucionaria Americana, a la que conocemos comúnmente como el Apra. Las ideas de Haya de la Torre fueron semillas de justicia y democracia que germinaron y llevaron al poder a su discípulo predilecto, Alan García Pérez, quien, más pragmático que soñador, también tiene su lugar en la historia del Perú.

El aniversario del Partido Aprista Peruano (PAP) es el 20 de setiembre (fue fundado en 1930), pero para los apristas su conmemoración más importante es el 7 de agosto porque esta fecha es considerada el punto de partida de todo lo logrado en virtud del pensamiento de Haya de la Torre, de su “pan con libertad”; de su tesis del espacio, tiempo histórico; de su lucha por el antiimperialismo; y de su visión continental de la política.

Según el libro “Pensamiento Haya de la Torre”, prologado por Rafael Roncagliolo, Carlos Roca, Javier Tantaleán y Armando Villanueva del Campo, “Haya de la Torre hizo un gran esfuerzo de interpretación de nuestra realidad, partiendo del descubrimiento de ella”. Por eso viajó a la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), a México y estudió en la London School of Economics de Inglaterra.

Los tiempos han cambiado, ahora tenemos realidades distintas, pero las ideas de Haya de la Torre siguen vigentes. Es obvio que se debe actualizar ese pensamiento, pero sin cuestionar sus principios fundamentales, pues hoy el mundo tiene otros problemas como la globalización, la revolución tecnológica, la tendencia a la reducción de la jornada laboral, etc.

Para Haya de la Torre no podía haber un verdadero cambio en el Perú y en América Latina si este no reposaba en la democracia, a la que él llamó pan con libertad: “Ni pan sin libertad, ni libertad sin pan”. El líder y fundador del Apra tuvo la capacidad de adaptar ideas surgidas en la realidad europea del siglo XIX a nuestra realidad latinoamericana. Por ello es, sin duda, uno de los principales ideólogos del continente.

Uno puede no comulgar con todo lo que pensaba Haya de la Torre, puede discrepar con algunas de sus tesis, pero no puede negarse a reconocer la valía del hombre que hace 100 años fundó el Apra, una organización política que, en virtud de su historia, su importancia y lo que puede aportar con sus nuevos líderes, merece volver a la escena política del país.Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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