Opinión

El abandono del Centro Histórico de Lima

Por: Víctor A. García Belaunde

Ingresar al Centro Histórico de Lima es complicado y difícil, desde hace algunos años con el pretexto de remozar el damero de Pizarro se empezaron obras que aún no se concluyen después de tanto tiempo de iniciadas y caminamos sobre tierra y polvo además de sortear mallas plásticas que impiden el tránsito peatonal.

Todas estas contrariedades las he visto al caminar por el jirón Conde de Superunda, peor es ver el antiguo pasaje Rinconada de Santo Domingo que se encuentra con desmonte desde hace más de dos años y aun no se recupera el tránsito considerando que hay un antiguo colegio e instituciones públicas cercanas; del mismo modo se encuentra el jirón Cailloma en sus primeras cuadras hasta llegar a la esquina con el jirón Huancavelica donde se encuentra la remodelada plazuela del teatro.

Se aprecia en esta remodelación que el monumento a César Vallejo que antes estaba en el centro de la plazuela y mirando a la calle o al Teatro Segura, hoy se encuentra un quiosco que actualmente está cercado y sin acceso. Mientras que la estatua de Vallejo ahora está emplazada más cerca de la esquina del jirón Camaná y en lugar de mirar a la calle ahora nuestro célebre poeta va camino a una óptica, negocio recurrente en la zona.

Pero lo que nos llama más la atención es una alargada placa de mármol colocada en el suelo del centro de la plazuela de tres párrafos, que para leer el primero de ellos hay que dar más de 20 pasos, y para continuar con el siguiente, se debe volver hacia atrás nuevamente esos 20 pasos. Además del desatinado emplazamiento de la placa, el texto de aquella difiere con los libros de historia.

La placa dice: “Esta plazuela fue nombrada “7 de setiembre” por el protectorado de San Martín el 27 de marzo de 1822, en honor a la batalla blanca” que obligó la retirada de las huestes realistas de Canterac que asediaron Lima como primera victoria militar del Perú / independiente y como primer aniversario del desembarco en Paracas, esta plazuela ha recibido a lo largo de nuestra era republicana, las mayores consideraciones para conmemorar los eventos definitivos de nuestra independencia y la memoria del Libertador” / Esta plazuela fue recuperada para la ciudad de Lima en el marco celebratorio del bicentenario de la independencia del Perú, siendo Lima su capital, año MMXXIII. Rafael López Aliaga”.

Durante el Protectorado, José de Torre Tagle como Supremo Delegado bautizó la plazuela como “7 de setiembre” el 26 de marzo de 1822, construida en base a la donación de terrenos del convento de San Agustín con el propósito de conmemorar el desembarco de la expedición libertadora al mando de José de San Martín que ocurrió el 8 de setiembre. Canterac recuperó Lima el 18 de junio de 1823 y ante la imposibilidad de conservar la capital se retiró al mes siguiente y no dos meses después.

No hubo ninguna batalla por Lima para tomarla o recuperarla, no hubo enfrentamientos bélicos en la capital durante el proceso de independencia del Perú. Ante la duda revisé primero la Historia Militar del Perú de Carlos Dellepiane, luego la Historia del Perú Independiente de Mariano Felipe Paz Soldán y Memorias y Documentos para la Historia de la Independencia del Perú de Riva Agüero (Pruvonena) y no he encontrado ninguna “batalla blanca”. No se recuerda celebraciones especiales en el lugar a lo largo de nuestra vida independiente, salvo las barricadas y combates en la revolución de 1895 contra el gobierno de Cáceres.

No es congruente que siendo un homenaje al desembarco de Paracas se establezca que se conmemora “la memoria del Libertador”, cuando debió decir “Protector” y se redunde que la “recuperación” del espacio es para Lima y se diga después que Lima es la capital. Es indudable que nuestro bicentenario ha sido opacado por la crisis política y estamos a pasados dos años de aquel momento, no la enturbiemos más con improvisación y desconocimiento de nuestra historia y si a ello se le suma la falta de estética y armonía dejamos un pésimo legado al futuro.

*Excongresista.

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