Opinión

Ecuador, un país que se desangra

Por: Martín Valdivia Rodríguez

No solo Perú tiene a casi todos sus expresidentes presos o con procesos judiciales. Ecuador es quizá el segundo país de Sudamérica que tiene este problema. Desde los años 80, con León Febres Cordero, Rodrigo Borja y Sixto Durán-Ballén, la corrupción ha ido incubando hasta convertirse en un monstruo que sacó la cabeza del fango con Abdalá Bucarám, Lucio Gutiérrez y Jamil Mahuad, entre otros exmandatarios. Y ello motivó revueltas, rebeliones de indígenas y otros movimientos sociales. Sin embargo, la situación actual no tiene precedentes.

Daniel Noboa, quien no tiene ni dos meses en Palacio de Carondelet, sucedió a Guillermo Lasso, cuyo gobierno padeció una crisis política y social que tuvo su clímax el asesinato del periodista Fernando Villavicencio, quien se perfilaba como un candidato presidencial de cuidado. Lasso tuvo que renunciar y después de apenas unos meses ocurre esta vorágine de violencia en el país del Guayas.

Salen a la luz cabecillas de bandas criminales de las cárceles, secuestran a policías, atacan con coches-bomba, desatan saqueos y toman un canal de televisión, una universidad y un hospital, simultáneamente, es propio de un país prácticamente al garete.

Todo indica que la corrupción ha allanado el camino al narcotráfico en Ecuador y las mafias han hecho de este país su ruta preferida para los envíos de droga a diversos países, especialmente a Estados Unidos. Y ya sabemos que el tráfico ilícito drogas tiene un efecto de arrastre y trae consigo otros delitos, como el asalto y robo, extorsión, sicariato, trata de personas y prostitución clandestina, entre otros. De tal manera que el vecino país se ha convertido en una especie de paraíso para las bandas nacionales e internacionales, como el “Tren de Aragua”, “Los Tiguerones”, “Los Lobos”, “Los Choneros y otras.

Esta vez, precisamente, parece que el detonante de tantas acciones de violencia fueron las duras medidas de rigor implantadas en las prisiones de Ecuador por el gobierno de Noboa, tras la fuga de Adolfo Macías, “Fito”, cabecilla de “Los Choneros”, de la prisión donde purgaba 34 años de cárcel desde el 2011. En las redes circula un video donde los reclusos tienen como rehén al personal penitenciario de un presidio y obligan a los jefes a rogarle al gobierno que reduzca sus drásticas medidas carcelarias, pues, de lo contrario, sus vidas estarían en peligro.

El gobierno de Noboa está decidido a frenar el accionar de las bandas criminales y ha recibido el respaldo de las FF.AA. y la Policía ecuatoriana. Buena señal, pero debe luchar también contra la corrupción anclada justamente en dichos estamentos para acabar con todo el mal que azota al vecino país del norte. Porque que lo digo y escribo siempre lo firmo.

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