Opinión

Lo que no debe hacer un político

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Una de las reglas básicas de la política es la que dice que, así como es necesario profundizar los aciertos, también lo es corregir los errores. Goethe afirmaba que “el único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”. Quizá es la política la actividad en la cual se cumple ese dicho de Confucio que sostenía que “el hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor”. El orgullo, la necedad y la cobardía de no reconocer un error y corregirlo, en política casi siempre tienen un precio alto.

En una página web llamada “Estudio 7 Valencia” se da a conocer “las 10 normas básicas para ser un político en la actualidad”. Se trata de un artículo sarcástico que es en realidad una crítica indirecta a quienes hacen política no en busca del bien común sino del beneficio personal o de grupo.

Una de las primeras “reglas”, según ese decálogo, es “mostrar nuestra inconformidad con todo aquello que hagan los demás. Da igual lo que sea, solo hay que mostrar nuestro desacuerdo”. Nos parece una película repetida, pues algo así se dio después de las elecciones. Esta, en realidad, es una de las cosas que no se deben hacer en política.

“Hay que decir que este país es una porquería, aunque las cifras estén demostrando que poco a poco la economía está creciendo. Está demostrado que cuanto más despectivas sean las críticas, más poderosa es la atención que se crea”, dice otra de estas curiosas “reglas”, que son la antítesis de lo que debe hacer un político honesto y responsable.

Acciones deshonestas de esta naturaleza, de este nivel, tal vez den réditos políticos a quienes recurren a ellas, pero al final todo se sabe y cae por su propio peso. El mejor político es el que destaca por el equilibro que mantiene entre la ponderación y la agudeza a la hora de atacar al contendor. Aquí hasta el tono de voz y el silencio del político sirven para el análisis de quienes aquilatamos la categoría y la valía de un político.

Otra de estas “normas”, para ser un político exitoso a toda costa, dice que “hay que ser innovadores y además solidarios con alguna buena causa. Así pues, ahora que está tan de moda tener mascotas es bueno incluirlas incluso en el libro de familia”. Cada vez salen más políticos que recurren a estos artilugios. Se suben al coche, se suman a un “cargamontón” o maquillan una realidad. Muchas de estas armas se están viendo relucir en estos tiempos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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