Opinión

Dina es la responsable

Por: Hugo Guerra Arteaga

En el año 64 de nuestra era un incendio devastó gran parte de Roma. Mientras el fuego consumía todo, el odiado emperador Nerón tocaba su lira. Y cuando el populacho le preguntó quiénes eran los culpables del destrozo, él contestó mintiendo: “los cristianos lo hicieron”. Con eso redireccionó la furia pública y siguió disfrutando del poder…Igual ocurre hoy.

El Perú arde por la violencia subversiva mientras la gran responsable de restablecer el orden público, Dina Boluarte, se abanica en palacio y le tira la responsabilidad al Congreso. Amenaza, además, con proyectos de adelanto de elecciones para este año y abre las puertas a una ilegítima Asamblea Constituyente.

La responsabilidad de terminar con las manifestaciones violentas es exclusivamente del gobierno. Constitucionalmente le corresponde al Ejecutivo cumplir y hacer cumplir las leyes. ¿Por qué entonces Dina permite que los terroristas destruyan el centro de Lima, bloqueen carreteras y atenten contra los activos críticos de la nación? ¿Por qué sacrifica a la policía impidiendo que utilice sus armas de reglamento? ¿Por qué se demoró en sacar a las FF.AA. y tampoco les permite usar sus equipos?

Dina es roja, fue parte de los Dinámicos del Centro, es aliada de quienes gritan que renuncien todos y es una incapaz que se deja extorsionar por el sistema caviar que trafica con los derechos humanos.

Si no fuese por el sacrificio y la abnegación de la PNP, que ya lleva dos mártires (uno de ellos quemado vivo) el país ya hubiese sido derrotado por las huestes pagadas por el narco socialismo del siglo XXI alentado desde fuera por el Foro de Sao Paulo y Evo Morales, y aliado internamente con Sendero Luminoso, el MRTA, la minería ilegal y el crimen organizado. Y si no fuera por la decisión institucional de las FF.AA. de hacer acto de presencia en Puno, esa región ya se hubiese declarado independiente.

Dina no quiere hacer cumplir las leyes. Si estamos en estado de emergencia no debería permitirse una sola manifestación porque las garantías y varios derechos constitucionales están legítimamente suspendidos. Entonces, ¿en qué se diferencia de Pedro Castillo si declara a la prensa que sí cree en la necesidad de una constituyente?

Medio mundo cae en la trampa de ver como enemigo al Congreso porque éste ha sido víctima de una campaña sostenida de desprestigio. Pero ¿qué ha hecho de malo realmente el Legislativo? ¿Acaso no vacó al corrupto Castillo?

¿Por qué tanta desesperación por adelantar las elecciones, sin reformas políticas y con el mismo JNE y la misma ONPE? ¿Se podría hacer campaña y votar libremente en medio de la violencia subversiva? No niego que hay congresistas impresentables, pero lo grave es que se están forzando situaciones y se están abriendo las puertas al caos y a acciones reñidas con el estado de Derecho. Y todo por Dina y su concesión al chantaje comunista. Si el Congreso decidiera quedarse, como manda la Constitución, hasta el 2026 y si el gobierno decidiera poner orden a la calle no pasaría nada. Pero claro, más fácil y más idiota es repetir el sonsonete de “que se vayan todos”.

(*) Analista político

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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