Opinión

Recuperemos la Dignidad Nacional

Por: Wilson Quispe Mamani

Cuando se proclamó la independencia, en 1821, se mantenían las relaciones sociales esclavistas y la servidumbre en la sociedad peruana; y los propietarios de las haciendas o gamonales explotaban y mantenían en la ignorancia a los campesinos.

En el siglo XX, la economía peruana era dependiente del imperialismo norteamericano. Las grandes trasnacionales norteamericanas formaron grandes enclaves mineros en nuestro territorio y obtenían la materia prima que su industria necesitaba (petróleo, cobre, etc.).

Los gobiernos de turno, hicieron muy poco por cambiar la situación de los campesinos y por defender nuestros recursos. Por el contrario, desde el Congreso, el Ejecutivo y el Poder judicial defendían este sistema injusto que beneficiaba a los grandes empresarios nacionales y extranjeros.

El pueblo peruano buscaba cambiar esta situación por diferentes medios: denuncias públicas, juicios, movilizaciones, prensa crítica y otras. Pero sus esfuerzos eran silenciados por la represión de las dictaduras y los ataques de los medios de comunicación.

Las contradicciones sociales llevaron a que en la década del 60 se desarrollaran acciones guerrilleras en la sierra y selva, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR y el Ejército de Liberación Nacional, quienes fueron derrotados por las Fuerzas Armadas.

El gobierno de Fernando Belaunde atravesaba una situación crítica; la alianza APRA-UNO, desde el Congreso había boicoteado todos los intentos reformistas del Ejecutivo. Un nuevo acuerdo con la International Petroleum Company IPC resultó un escándalo por “la pérdida de la página 11”.

En ese contexto, el 3 de octubre de 1968, las Fuerzas Armadas dirigidas por el General Juan Velasco Alvarado decidieron acabar con este sistema y se enfrentó a la oligarquía. Asumieron como suyos los programas de muchos partidos reformistas y revolucionarios de la época.

A pocos días, el 9 de octubre de 1968, los destacamentos militares de la región norte tomaron las instalaciones de la IPC en La Brea y Pariñas; y recuperaba el petróleo para el Perú y todos los peruanos. El presidente lo denominó el Día de la Dignidad Nacional.

El 24 de junio de 1969, se ingresó a las haciendas azucareras de la costa norte para tomar las tierras y desalojar a sus propietarios, se iniciaba la reforma agraria más radical de América Latina. La tierra sería para quien la trabaja y se les entregó a los campesinos.

Este gobierno impulsó otras medidas importantes como: la reforma educativa, la reforma industrial, la reforma financiera, la reforma de los medios de comunicación y otras, que permitieron modernizar el Perú y reconocerles a los millones de campesinos, obreros y comuneros su dignidad.

La oligarquía y la derecha neoliberal cuando recuperaron el poder, buscaron ocultar este proceso y borrarlo de la memoria colectiva. Nosotros, hijos del pueblo y de campesinos, reconocemos las grandes transformaciones sociales y celebraremos el Día de la Dignidad Nacional.

(*) Congresista de la República por Perú Libre

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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