El Ministerio de Educación informa, entre bombos y platillos, que la deserción escolar en Lima Metropolitana se redujo a la mitad en el año 2020, al lograrse un retorno de 52.8% en las instituciones educativas con mayores índices de interrupción de los estudios y la vuelta al sistema educativo de cerca de 39,000 estudiantes de Educación Básica Regular. Suena bien. Pero resulta que el año pasado la educación fue exclusivamente virtual, desde casa, debido a la pandemia. ¿Si no había que ir al colegio, por qué aumentó la “asistencia” a clases? Los resultados de ese balance ameritan un análisis menos efectista y más realista, para sacar conclusiones y adoptar acciones más efectivas. No se debe celebrar un resultado engañoso.
¿No será que muchos escolares, olvidados por sus padres cuando no había pandemia, salían rumbo al colegio, pero no llegaban y se hacían la “vaca”, como se decía antes? Estando en casa, no les quedaba otra cosa que “asistir” a las clases virtuales y con ello, lógicamente, bajó la deserción. Es una conclusión que ni siquiera requiere de una interpretación lógica medianamente complicada, sino de un básico sentido común. Pero los especialistas, los técnicos del Minedu, quienes auscultan los problemas de la educación del país a través de infografías y cuadritos armados en Excel, se adornan con resultados desconectados de la realidad.
Entonces, por más que haya bajado la deserción escolar, el saldo no es nada halagador. Estos resultados deben motivar, más bien, el análisis de los especialistas (pedagogos, sociólogos, antropólogos, psicólogos) para mejorar lo que en realidad debe ser el objetivo: aumentar el nivel educativo.
El hecho de que haya menos deserción escolar en una coyuntura especial como la actual, por la pandemia, es un fenómeno pasajero, del momento. Si se quiere aumentar verdaderamente la asistencia a clases se deben encontrar las razones de la inasistencia, lo cual tiene que ver con problemas familiares, indiferencia de los padres por sus hijos, pobreza y necesidad de trabajar por parte de los escolares.
A nivel mundial, con la educación virtual han bajado considerablemente los niveles educativos y en otros países ya están tomando cartas en el asunto. Se precisa mejorar las plataformas, el contenido temático y facilitar el acceso de los alumnos a internet. Esperamos que los especialistas del Minedu entiendan esta realidad porque de la educación de hoy depende el futuro del país.
