Deben saber los organismos internacionales y la prensa extranjera que cuestionan la decisión del Gobierno peruano, de declarar las fronteras en emergencia, que defender los derechos humanos también es evitar que más personas inocentes sigan siendo asesinadas por delincuentes que llegan de otros países. La propia Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), documento adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), en diciembre de 1948 en París, establece que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
Medios como el diario El País y la CNN afirman, con un tufillo sarcástico, que la presidenta Dina Boluarte culpa a los migrantes del incremento de la delincuencia en el Perú. Una vez más, el periodista mexicano Fernando del Rincón, conductor del programa Conclusiones de dicha cadena noticiosa, demuestra que no está informado de la realidad de peruana, igual que su presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Nadie está diciendo que todos los delincuentes en el Perú son venezolanos, colombianos y haitianos. Ni que la delincuencia en el Perú haya empezado recién con la ola migratoria. El problema de la inseguridad ciudadana data de hace décadas y por eso el historial de la criminalidad registra a personajes tristemente célebres como “Tatán”, “Django”, “Loco Vicharra”, “Momón” y “Cholo Jacinto”, entre otros. No, señores de la prensa extranjeras y de las ONG “humanitarias”, de ninguna manera se está argumentando que en nuestro país no hay delincuentes peruanos ni que nunca los hubo.
Lo que ocurre es que con la actual ola migratoria ha aumentado la criminalidad de manera alarmante debido a la presencia de bandas extranjeras de “marcas”, extorsionadores, sicarios, etc., que están perpetrando crímenes espeluznantes y con una incidencia inusitada. Las estadísticas hablan por sí solas.
Basta mencionar solo los recientes casos para darnos cuenta de la gravedad del problema. ¿Qué nacionalidad tiene el salvaje que quemó viva a su exenamorada? ¿Y el limpiaparabrisas que asesinó a un taxista clavándole unas tijeras en el percho? ¿Y la chica que vendó los ojos a su pareja para darle una “sorpresa” y lo llevó a un callejón para que sicarios lo aniquilen a balazos? ¿Y el tal “Maldito Cris”, quien mató a tiros a un sereno en Surco?
Entonces, no es descabellada ni abusiva la declaratoria de emergencia de las fronteras para impedir que ingresen más delincuentes extranjeros. Eso sí, las personas honestas, decentes, de bien, tienen las puertas abiertas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
