La corrupción tan enquistada en nuestro aparato estatal ha permitido la aparición de una serie de personajes que para hacerse de un cuantioso botín no han tenido escrúpulo alguno para el saqueo de las arcas públicas.
Mientras que Rodolfo Orellana usaba los vacíos legales desde fuera corrompiendo funcionarios públicos, ahora ha aparecido una modalidad mucho más perniciosa y nociva, la de ingresar corruptos como funcionarios y con ello captar los recursos y el manejo de la institución invadida.
Rodolfo Orellana Rengifo por medio de la utilización de laudos arbitrales establecidos en cláusulas de solución de controversias de los contratos que realizaba con sus víctimas, finalmente se hacía del bien. También creaba comités liquidadores donde organizados por él y sus agentes que fabricaban deudas cuyos procesos culminaban en remates, dejaban de lado al acreedor principal que básicamente eran bancos y entidades formales; también creo COOPEX, una cooperativa que sin respaldo económico alguno emitía cartas fianza para que diferentes consorcios demuestren ante el Estado su solvencia económica y con ello solicitar los adelantos para ejecutar las obras, que al final eran abandonadas después que la institución estatal pagaba los adelantos.
La organización liderada por Orellana también tenía su aparato propagandístico denominada Juez Justo que lo manejaba Benedicto Jiménez y atacaba a los magistrados que lo investigaban o donde tenía procesos judiciales que le eran de interés; también creó una ONG llamada Asociación de Jueces Unidos por la Democracia, donde agrupaba a exmagistrados con lo cual se daba un ropaje de idoneidad académica. Todo el engranaje construido por Orellana y sus cómplices demostró una organización delictiva cuyo propósito era defraudar al Estado corrompiendo a sus autoridades.
El escándalo suscitado por los descubrimientos de cómo operaba Sada Goray era mucho más sencillo, para qué iba a construir toda una red organizacional para lograr sus fines cuando más fácil era que se nombre a los funcionarios en los puestos claves y con ello manejar al antojo todos los procesos de licitaciones y realización de obras de su especialidad. Si Orellana operaba desde fuera, Sada Goray operaba desde adentro de los ministerios.
Pedro Castillo llegó a la presidencia de la república, eran obvias sus carencias intelectuales y muy básicos sus conocimientos del aparato público, para llegar al presidente la señora Sada Goray debió planificar su acercamiento y con ello también obtener la oportunidad del manejo a su antojo de las instituciones que le servían para lograr sus objetivos.
Goray hizo nombrar a su ex esposo Luis Mesones Odar como viceministro de Estado en el Ministerio de la Producción desde el 10/12/2021, renunciado en diciembre al ser destituido Castillo, Mesones también fue miembro del Consejo Directivo del Instituto Tecnológico de la Producción y Director de Sedapal; Sada Goray también colocó a su amigo Luis Ernesto Longaray Chau en el cargo de Superintendente Nacional de los Registros Públicos el 18/4/2022; a su amiga María Subiría Franco y a Flor Olivera Orellana, en la Superintendencia de Bienes Estatales; en el Fondo Mi Vivienda coloca a Pedro Gary Arroyo (Presidente); Roger Lizandro Gavidia (Director) y Gonzalo Renato Arrieta (Director) cuya mayoría le era fiel a los designios de su empresa Marka Group.
El control de estas entidades públicas donde existe información sensible sobre bienes muebles e inmuebles públicos y privados se encontraban en manos de esta organización delictiva que lo único que invirtió fueron los sobornos al presidente y su familia. La empresa de Sada Goray dio mérito a su nombre porque hizo marca o reglaje al Estado para expoliar, depredar y apoderarse de las arcas públicas.
(*) Excongresista
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