Opinión

De la idea al emprendimiento (parte 1/2)

Por: José Castillo Carazas

Me considero un emprendedor. Y aunque actualmente me desempeño profesionalmente en una institución supervisada por la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), me gusta pensar que lidero una sociedad que tiene un “músculo corporativo” pero corazón de “start up”. Por esta razón me he propuesto compartir en mis últimas columnas del 2022, mi opinión sobre ¿Cómo convertir una IDEA en un EMPRENDIMIENTO?

Como es obvio, todo parte por “concebir una idea” y es precisamente en ese momento que aparece el primer desafío, LA CONVICCIÓN. Una idea parte de algo que se pensaba que no se podía hacer o que se podría hacer mejor; cuando la idea aparece, el emprendedor empieza a plantearla en su entorno cercano y, por lo general, no se le entiende.

Los emprendedores son conscientes que, por lo general, están solos en el arranque y muy probablemente nadie los va a ayudar. La idea innovadora que da pie a una oportunidad de negocio parte de pensar diferente que el resto; lo cual está muy bien porque si todos siguieran pensando igual, en realidad nadie estaría pensando.

Gracias a la digitalización y a que cada vez el mundo exige pensar globalmente, Es necesario que los emprendedores piensen en grande; por ello, transformar una idea en un potencial negocio requiere superar un segundo desafío, LA VALIDACIÓN. Esto será posible si se contrasta la idea con dos conceptos: (i) el “impacto” que generará la idea en el mercado y cuál es el capital necesario para lograrlo; (ii) Y su “propósito” frente a resolver problemas sociales.

El tercer desafío tiene más que ver en cómo despegará el emprendimiento. Para ello, es necesario modelar un PLAN DE ARRANQUE. En este punto se deberá: (i) Moldear la idea para construir la forma sobre como se generarán los ingresos; (ii) Definir los socios y stakeholders con los que se necesitará contar; y (iii) Estimar los costos y gastos de manera razonable. En este punto recomiendo ser amplio en la definición y luego ir recortando para visualizar que implicará dicho ahorro.

Un emprendedor tiene que asumir que convertir la idea en un negocio implica necesariamente asumir riesgos, es por ello que, la convicción y validación son vitales. Durante este proceso habrá mucha frustración, pero si realmente un emprendedor “ama lo que hace”, sacará fuerzas y recursos de donde sea para no desmayar en el proceso.

Todo lo planteado tiene una base que viene en el ADN emprendedor: EL DELIRIO DE PERSECUCIÓN, el emprendedor no puede parar, va contra el tiempo y siempre está asumiendo que alguien mas tuvo la misma idea y también la está trabajando. No hay que olvidar que a ningún emprendedor se le dan las cosas fáciles y en esto, lamentablemente, no hay excepciones.

(*) Gerente General de BLANCO SAF
(*) Miembro del Directorio de la UPAL, CPC y Máster en Banca y Finanzas

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