La cobarde masacre de 16 pobladores en el Vraem no debe quedar impune. La insania de Sendero Luminoso o de cualquier otra organización terrorista tiene que ser enfrentada por nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, pero también con las armas de la democracia. Por eso, el próximo 6 de junio, en la segunda vuelta electoral, todos los ciudadanos tenemos el deber cívico de decirle ‘no’ al terrorismo.
El Vraem es una extensa zona donde, evidentemente, el terrorismo y el narcotráfico han suscrito una alianza estratégica y táctica. Es una macabra convivencia que lleva décadas. Han pasado varios gobiernos y se ha capturado o abatido a varios cabecillas y miembros del denominado último bastión de la organización que un día fundó el sanguinario Abimael Guzmán, pero tal parece que no es mucho lo que se ha avanzado.
Hay diversas especulaciones sobre los autores del vil atentado, perpetrado en el distrito de Vizcatán, provincia de Satipo, departamento de Junín, pero todo indica que fueron terroristas de Sendero Luminoso del remanente que manejan los Quispe Palomino en ese inmenso valle que forma la confluencia de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, abarcando parte de las regiones de Ayacucho, Apurímac, Cusco y Junín.
Ya en anteriores épocas electorales, a pocos días de los comicios, la agrupación maoísta ha perpetrado atentados muy parecidos. No olvidemos que, el 17 de mayo de 1980, un día antes de las elecciones, Sendero Luminoso inició su denominada lucha armada quemando ánforas, destruyendo padrones electorales y colgando perros muertos en los postes con carteles donde cuestionaba al sistema democrático y los procesos electorales porque, según ellos, su camino para llegar al poder son las armas.
La matanza ejecutada hace unos días en el Vraem por las huestes de los Quispe Palomino podría ser un acto de venganza y un mensaje para infundir el miedo y el terror en la población ante las próximas elecciones, pero se debe investigar a fondo para identificar a los asesinos, buscarlos y capturarlos. A fines de marzo pasado, se confirmó que los miembros del orden abatieron a Jorge Quispe Palomino, ‘Camarada Raúl’, número 2 de esa facción de Sendero Luminoso. Su hermano Víctor, ‘Camarada José’, permanece aún en el Vraem al mando de un ejército de terroristas al que este gobierno y el próximo deben combatir hasta derrotarlo.
Debemos aclarar, eso sí, que este cruel atentado no debe ser usado políticamente. Desde esta trinchera que es el periodismo, deploramos cualquier intento de distorsionar la verdad para favorecer a uno u otro candidato. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
