Opinión

¿Otorongo no come otorongo?

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Si no existiese más evidencia contra María Cordero que los dichos de sus empleados, por más consistentes y convincentes que sean sus acusaciones, el caso “mochasueldos” pasaría por agua tibia. Pero lo que hay es un audio donde se le escucha a ella misma conminar a un trabajador a depositarle la mitad de su sueldo y emplazarlo con la frase “¡vamos al cajero!”. La prueba es tan contundente que sus correligionarios se han visto en la necesidad de expresar su vergüenza y pedir disculpas en salvaguarda de la imagen del partido.

Tumbesina y de 56 años, María Cordero estudió Educación en un instituto e hizo el bachillerato en la San Marcos. En su hoja de vida presentada en el JNE también consigna el grado de bachiller en Ciencias de la Comunicación por una universidad de Chimbote.

María Cordero pertenece a las filas de Fuerza Popular desde el 2009, en el 2011 fue elegida congresista. A lo largo de su carrera política se ha visto involucrada en varias denuncias y escándalos, pero siempre salió bien librada. La primera vez que la “blindaron” fue en el 2013, cuando la Comisión de Ética archivó una denuncia periodística que la acusaba de visitar de manera irregular cerca de 15 veces a Alberto Fujimori en el penal de la Diroes. Ese mismo año se denunció que había mentido al reportar que había estudiado Ciencias de la Comunicación, cuando en los registros de la Asamblea Nacional de Rectores (aún no existía la Sunedu) no aparecía esa información.

Dos años después, María Cordero fue denunciada por haberle retenido sus viáticos y gratificaciones a sus trabajadores. Su bancada la suspendió, pero como la Comisión de Ética volvió a salvarla, todo quedó en nada.

Hay un dato que explicaría el poder que María Cordero tenía en su bancada, pese a aparentar no ser una congresista con un mínimo de brillantez. Entre el 2005 y 2006 aportó en la campaña de Fuerza Popular con S/10,000. Además, según la ONPE, entre el 2011 y 2012, aportó periódicamente S/34,000. ¿Hermoso caballero es don dinero? ¿Con la plata baila el mono? No queremos creer que María Cordero haya sido “blindada” antes por esas razones. Y que por lo mismo la premiaron con la participación de 12 comisiones en el Congreso.

Este caso no es el único reñido con la ética en el fujimorismo. ¿Será que ahora sí han decidido separar la paja del trigo? Y, por otro lado, ¿en el caso de María Cordero seguirá cumpliéndose eso de “otorongo no come otorongo” en la Comisión de Ética? Ya lo veremos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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