Opinión

Confianzudos

Por: Antero Flores-Araoz

Entre las instituciones parlamentarias más antiguas del Perú se encuentra la “cuestión de confianza” que formula algún ministro o el gabinete en pleno ante el Congreso de la República, el que puede otorgarla o rechazarla. Si se rechaza, los ministros que la plantearon deben renunciar, pero si se trata de cuestión de confianza presentada a nombre del Consejo de Ministros se produce la crisis ministerial, debiendo el presidente de la República nombrar nuevo Gabinete.

También tenemos la censura que ante propuesta de algún parlamentario o grupo de parlamentarios contra algún ministro o el Gabinete en pleno, el Congreso debe tomar decisión, obligando al censurado a formular renuncia de su cargo.

Cuando el Congreso ha censurado o negado su confianza a dos gabinetes, el presidente de la República está facultado a disolver al Congreso y a convocar nuevas elecciones parlamentarias. Esto no está permitido en el último año del período congresal de cinco años.

Como se comprenderá, por lo general una de las cosas que más temen los ministros es la denegatoria de confianza o la censura, pues los obliga a dejar el cargo. A su vez los parlamentarios, correlativamente y por lo general, los asusta dejar el cargo antes que termine el período quinquenal para el que fueron electos.

Con la finalidad de evitar interpretaciones antojadizas, el Congreso que es el intérprete originario de la Constitución y de las leyes, sancionó la número 31355 que aclara adecuadamente la cuestión de confianza.

Como sabemos, el Consejo de Ministros presidido por Aníbal Torres, ha planteado cuestión de confianza para que se derogue la Ley 31399 que versa sobre reformas constitucionales, que como se sabe es materia reservada al Congreso, por lo que obviamente el Ejecutivo no tiene vela en tal asunto.

El Congreso podría rechazar por impertinente la cuestión de confianza o se podría debatir la misma en el pleno para otorgarla o rehusarla, conociendo que si la rechaza, bastaría que se presente cualquier otra cuestión de confianza por algún tema insólito y cuestionable, la que al ser denegada habilita al presidente de la República a cerrar al Congreso.

Como vemos, la situación que se viene afrontando en el país por la irresponsable cuestión de confianza planteada por el Gabinete Torres, es sumamente grave, motivo por el cual el Congreso debe estudiar muy bien su actitud y respuesta y, ponerse en cuanto escenario fuese factible para predecir las acciones del Gobierno.

Los estrategas conocen a la perfección, que antes de tomar decisiones, deben ponerse en todos los escenarios e incluso adelantarse a lo que pudiere hacer el adversario de turno, máxime cuando el futuro del país está en juego, si es que lo que se pretende, como está claro, es ir a un referéndum constitucional, a espaldas del Congreso para cambiar nuestra Carta Magna.

Hagamos recuerdo de la conocida frase “la confianza mató a Palomino” a lo que podríamos agregar el dicho de Stephen King: “La confianza del inocente es la herramienta útil del mentiroso”.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente del Consejo de Ministros

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