Opinión

Posverdad de las grandes irrigaciones peruanas

Por: Fernando Cillóniz Benavides

“En los últimos 30 años, el Estado invirtió US$ 6,321 millones en Pasto Grande, Majes Siguas, Chinecas, Chavimochic, Jequetepeque Zaña, Olmos y Chira Piura, que han añadido más de 200,000 hectáreas de tierras cultivables en la costa. De esta cantidad, el Estado solo recuperó US$ 462 millones (el 7 % de lo invertido)”. Eso dicen Lorenzo Eguren, Humberto Campodónico y Juan Carlos Tafur, entre otros. Y concluyen que toda esa inversión “ha beneficiado a los grandes grupos empresariales de la Costa que aprovecharon muy bien ese regalito estatal”.

Falso. De las irrigaciones mencionadas, Pasto Grande (Moquegua), Majes Siguas (Arequipa), Chinecas (Áncash), Jequetepeque Zaña (La Libertad, Lambayeque) y Chira Piura (Piura), es decir, la mayoría de las tierras irrigadas por el Estado, beneficiaron, a título gratuito, a pequeños productores. Solo en Chavimochic y Olmos, en ninguna otra irrigación, se subastaron (públicamente) lotes de 250 hectáreas cada uno, los cuales fueron adquiridos por empresarios agrarios.

Entonces, 1ª posverdad (léase, falsedad). De las 200,000 hectáreas que mencionan los pregoneros del mercantilismo empresarial agrario, aproximadamente 50,000 fueron adquiridas por empresarios: 25,000 en Chavimochic I y II, y 25,000 en Olmos. Más aún, la irrigación Olmos constituyó una inversión privada (no estatal).

Segunda posverdad (falsedad). De los US$ 6,321 millones invertidos, el Estado solo recuperó US$ 462 millones. ¡Falso! ¿Por qué no valoran los más de 200 mil empleos formales permanentes generados en Chavimochic y Olmos? Y los miles de proveedores de bienes y servicios que se han establecido en La Libertad y Lambayeque, producto de ambas irrigaciones: proveedores de materiales y equipos agrícolas, plantas de empaque y refrigeración, maestranzas y talleres de mecánica, empresas de transporte y alimentación, hoteles y restaurantes, proveedores de ropa de trabajo, proveedores de envases y embalajes, colegios y universidades, urbanizaciones, centros comerciales, etc. ¡Cuántos tributos recauda el Estado de todas esas actividades!

Tan ideológicamente sesgados están esos personajes que también se la agarran contra la Ley 27360 (aquella ley derogada, cobardemente, por el expresidente Sagasti). Para empezar, la llaman Ley Chlimper (¡pura envidia, puro rencor!). ¿Tanto les cuesta reconocer que dicha ley propició la mayor generación de empleo formal en el agro peruano… de la historia? Más plata en el mercado. Menos plata en el Estado. Así se genera más inversión. Más empleo. Más bienestar social. Así funciona la economía, aquí, en China, y en la Conchinchina… excepto en las mentes amargadas y retrógradas de los estatistas.

Finalmente, yo estoy de acuerdo con Juan Carlos Tafur en cuanto a que el Estado no debe subsidiar a ningún empresario. En ese sentido, los proyectos de irrigación deben ser privados (como Olmos). Para tener agua todo el año, todos nuestros valles, del Pacífico y del Atlántico, deben tener sus reservorios en las partes altas de sus respectivas cuencas (en la sierra). Así tendríamos agua dulce todo el año. Y no como ahora, que solo algunos tenemos agua en los estiajes, a pesar de que la cantidad de agua dulce que estamos botando a los mares, todos los años, entre los meses de diciembre y abril, es sideral.

Solo se debe subsidiar a la gente indigente, pero no con tierras, porque, como se demostró en la fracasada Reforma Agraria de Velasco, y en todas las irrigaciones populistas como Tambo Grande, Majes Siguas, Chinecas, Jequetepeque Zaña y Chira Piura, regalar tierras… empobrece.

*Exgobernador regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

 

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