Opinión

Cobro de cupos y extorsiones

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El Gobierno debe entender que la extorsión y el cobro de cupos está afectando seriamente a la economía y es un obstáculo para la esperada reactivación. Desde los cinco o diez soles que les cobran de cupo a los transportistas —incluso a los mototaxistas— hasta los miles de soles que les exigen, con amenazas de muerte, a los grandes empresarios, la modalidad delictiva de la extorsión es un parásito que afecta no solo la economía de los peruanos, sino también del propio Estado.

Hay muchos pequeños emprendedores que juntaron sus escasos ahorros y se animaron a montar un negocio, pero los extorsionadores hicieron que, al exigirles cupo de gran parte de su presupuesto, se desanimen y al final no pongan nada. En algunos barrios populosos hay muchas construcciones de casas paralizadas no solo por causa de la pandemia, sino porque los extorsionadores les empezaron a cobrar cupos a los propietarios y estos se quedaron sin recursos para continuar las obras.

Esta modalidad delictiva no es nueva, ya muchos ministros del Interior, incluso de gobiernos anteriores, han prometido combatirla, pero los resultados de sus gestiones demuestran que no hicieron nada o casi nada. En su novela “El héroe discreto” (2013), Mario Vargas Llosa se refiere al tema en una remembranza de sus años de adolescencia, cuando vivió en Piura. Los hechos datan de los años 50, lo que significa que ya había extorsionadores hace siete décadas. Sin embargo, en los actuales tiempos no solo exigen cupos a empresarios, sino también a humildes choferes y personas que deciden poner una bodeguita en su casa.

En la obra de Vargas Llosa, don Felícito Yanaqué, dueño de la Empresa de Transportes Narihualá, encontró una vez en la puerta de su local una carta donde le ofrecen a él y su familia protegerlos de “cualquier percance, disgusto o amenaza de los facinerosos”. En vez de firma, la misiva lleva el dibujo de una arañita. Así de cínicos son los extorsionadores.

Es necesario que el Ministerio del Interior disponga la formación de un grupo de élite, con alto nivel en cuanto a trabajo de inteligencia y operatividad, para que se dedique especialmente a combatir el delito de cobro de cupo y extorsiones. Muchos esfuerzos y sacrificios, desde personas humildes hasta grandes empresarios, fueron arruinados por estos facinerosos. Ya es hora de enfrentar el problema con responsabilidad y seriedad. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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