Opinión

Felipe: El príncipe que nunca fue llamado rey

Por: Rafael Poblete M.

Felipe, hijo del príncipe Andrew de Grecia y de la princesa Alice de Battenberg, nació en la isla griega de Corfú en 1921. Se casó con la entonces princesa Isabel el 20 de noviembre de 1947, pero tuvo que renunciar a sus títulos griego y danés para convertirse en duque de Edimburgo poco antes de su boda.

El 6 febrero de 1952 el rey Jorge VI muere mientras Isabel se encontraba en Kenia, por lo que la princesa se convierte en reina de la monarquía británica y Felipe recibe el título de príncipe del Reino Unido. En ese sentido, a pesar de que su esposa había tomado el reinado Felipe no recibió el reconocimiento de rey consorte, como habitualmente sucede con la mujer que se casa con un heredero al trono. Las leyes británicas históricamente solo reconocen como reyes a los familiares directos de la reina, es decir, que la sucesión se rige por la sangre y no en el género de la persona que llega al poder.

“El esposo de una reina reinante, a diferencia de una reina consorte, no es coronado ni ungido en la ceremonia de coronación. En 1953, el duque de Edimburgo fue, sin embargo, el primer par en “rendir homenaje” o presentar sus respetos a la reina, inmediatamente después de los arzobispos y obispos”.

“Al casarse con ella, Felipe recibió los títulos de duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón Greenwich. Así, a pesar de haber estado casados tantos años con la reina legítima del país, el duque de Edimburgo fue nombrado en la coronación de la reina como príncipe de Reino Unido, no rey.

Isabel II ha batido todos los récords de longevidad como monarca, Felipe también pasó a la historia como el consorte británico que más años ostentó ese honor al superar en 2009 a Carlota, la esposa del rey Jorge III. El fallecimiento del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, a sus 99 años representa un golpe especialmente duro para la reina Isabel II, ya muy afectada por varias crisis familiares en estos últimos tiempos.

Con la muerte del príncipe Felipe, Isabel II pierde a su marido del que se enamoró siendo adolescente y con el que estuvo casada más de 70 años. A partir de ahora, la soberana, que cumplirá 95 años, afrontará sola las crisis que sacuden a la familia real británica.

(*) Comunicador

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