Opinión

¿Clases virtuales al 100 %? (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Definitivamente, la educación virtual es y seguirá siendo una modalidad clave y fundamental en la educación, por su interactividad, su inmediatez, fluidez y muchos otros factores. Sin embargo, puestos en la balanza los beneficios y perjuicios mediante la práctica, la idea de lograr que la enseñanza online reemplace del todo a las clases presenciales ya está prácticamente descartada. A pesar de ello, en el Congreso acaban de aprobar un proyecto de ley para que la educación sea 100 % de modo virtual en las universidades.

Las experiencias datan incluso de antes de la pandemia. En Chicago, en 2015, un grupo de investigadores realizó un experimento con más de 1,200 escolares de noveno grado (de entre 14 y 15 años) que habían reprobado la materia de álgebra. Todos fueron a clases de recuperación, pero unos lo hicieron de manera virtual, mientras que otros con la modalidad presencial. Los resultados del estudio “La lucha por aprobar álgebra: recuperación de créditos en línea versus presencial para estudiantes urbanos en riesgo” fueron claros: quienes tomaron la clase cara a cara reportaron mayor aprendizaje y mejores resultados.

En el caso de la educación universitaria se han dado resultados parecidos que nuestros congresistas parecen desconocer. Ocurre que en la enseñanza online hay dificultad para la concentración, pues los estudiantes se distraen en las redes sociales o webs de entretenimiento. Uno de los más graves problemas es la deficiente conexión a Internet en muchas zonas incluso de las grandes ciudades, pues la intermitencia evita la continuidad de las clases y, por tanto, retrasa el desarrollo educativo.

Por otro lado, la falta de interacción presencial con sus demás compañeros produce aislamiento en los estudiantes, quienes necesitarían mayor constancia y disciplina, uno de los aspectos más débiles en nuestra sociedad y más arraigado en la juventud. Por lo demás, la virtualidad incentiva el método facilista del copia y pega, el uso de resúmenes en vez de leer todo el libro y, así por el estilo, esa rapidez, brevedad y ligereza en el acto de estudiar está en directa relación con los resultados. Lo podemos comprobar con las encuestas que se suelen hacer en las puertas de las universidades, donde la mayoría de los alumnos no pueden responder ni siquiera preguntas de primaria.

Así las cosas, nos preguntamos por qué razón la Comisión Permanente del Congreso aprobó el proyecto de ley para la educación virtual al 100 % en las universidades. ¿Será solo porque quieren reforzar la idea de que el trabajo parlamentario se puede realizar al 100 % desde casa? ¡Increíble, pero cierto!. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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