Opinión

Cinco meses con Castillo

Por: Víctor A. García Belaunde

En cinco meses de Gobierno se han perdido 20 o 30 años de progreso sostenido en el país. El diario El País de España ha publicado hace pocos días una noticia informando que el Perú habría perdido su grado de inversión. De ser así, se trata de un tema muy grave porque estos grados de inversión que te dan las calificadoras de riesgos en el mundo son logros que se obtienen a través de muchísimos esfuerzos y muchísimos años, de tal manera que haberlo perdido me parece fatal porque recuperarlo va a tomar 5 o 10 años más. Creo que ese es el primer demérito del Gobierno de Castillo en estos meses.

La característica del Gobierno de Pedro Castillo es que se trata de una gestión sin autoridad. Estamos frente a un gobierno al garete, a la deriva; no hay nada importante que se haya establecido. No ha aplicado ninguna de las ideas que tiene -que también son malas- pero ni siquiera esas las ha sabido aplicar. O sea, ni bien ni mal, no se sabe a dónde quiere ir, no se sabe qué quiere hacer. En estos cinco meses solamente se ha caracterizado por ser un Gobierno que hace muy malos nombramientos de toda índole; convoca a gente con prontuarios, muy cuestionada e incapaz. Además, se ha caracterizado por los negociados que han ido apareciendo en el camino y que, seguramente, seguirán apareciendo muchos igual o más escandalosos. Han aparecido 20 mil dólares en efectivo en un baño de Palacio de Gobierno que colinda con el despacho presidencial y que era usado por el secretario privado del jefe de Estado. De este tema Castillo no ha dicho absolutamente nada. Con todos estos antecedentes no sabemos si es un Gobierno de derecha, de izquierda, del centro o del más allá.

Lo único cierto es que no tenemos exactitud de que clase de Gobierno es. Se dice que es comunista, castrista, chavista, en fin, se dice de todo. En realidad, se ha dedicado a copar el aparato del Estado con gente prontuariada e incapaz y no ha obtenido absolutamente nada: no existe una sola obra anunciada que merezca algún tipo de comentario.

El peor error de Castillo es no gobernar y eso es lo elemental en un Ejecutivo. Castillo no ha sabido ejercer su autoridad, vemos que en el tema minero la autoridad está ausente y creen que hablando con la gente pueden lograr calmar las protestas y que desistan de sus aspiraciones. Si el Gobierno no toma posiciones frente a los reclamos de ambas partes y no ejerce su autoridad, estas mismas partes nunca se podrán poner de acuerdo.

Finalmente, yo considero que el Parlamento no es obstruccionista sino un Congreso desorientado, falto de experiencia. No es obstruccionista porque ha dado el visto bueno a dos gabinetes y solo ha censurado al ministro Gallardo (hubiera sido el colmo no hacerlo), quien tenía en su despacho a su hija que vendía las pruebas a los aspirantes a maestros en algunas regiones del país. Era lógico que se le censure, pero eso no convierte al Congreso en obstruccionista. Solo tiene chispazos de fiscalización. Se trata de un Parlamento que está aprendiendo a cumplir su función y eso se refleja tras la decisión errónea del vizcarrismo que propugnó la no reelección parlamentaria.

(*) Excongresista de la República

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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