Lo que hemos visto el fin de semana pasado es lo último que podíamos esperar de parte del presidente Pedro Castillo. Las imputaciones que se le formulan son bastante comprometedoras, sobre todo porque hay una declaración de un colaborador eficaz quien sindica que el señor Castillo ha recibido dinero (Se habla de 30 mil soles de parte del señor Zamir Villaverde). Pero lo más graves es conocer en qué forma se vienen desarrollando los actos delictivos que han cometido estos señores de Perú Libre y aquellos que están en el torno del actual gobierno.
A este colaborador eficaz se le cuestionaba por qué no denunció antes estos hechos, pero ya lo hizo y está imputando hechos delictivos nada menos que del presidente de la República. Además, es conocedor de su especialidad como profesor de derecho procesal penal y con una larga trayectoria de honestidad y honradez, sin dejar de mencionar su capacidad intelectual. Él está esgrimiendo en su fundamentación de qué forma se han venido produciendo los hechos delictivos e imputarle un delito como es el de organización criminal y para ello ha tenido que recabar todos los datos que sean necesarios para terminar con una denuncia como la que ha puesto.
Queda claro que desde un comienzo se pusieron de acuerdo los altos funcionarios de este gobierno con la finalidad de cometer hechos delictivos. A cada uno se le encargaba un rol que tenía que desempeñar en esta actividad delictiva, entre ellos el reparto de cargos en importantes puestos ministeriales. Por eso hemos visto ministros que no tenían la capacidad intelectual ni moral para desempeñar sus funciones y se mantenían en estos cargos solo para seguir beneficiándose económicamente. Esa es otra muestra de que estamos frente a una organización criminal y esperamos que con las investigaciones que se van a llevar a cabo se identifique la autoría y participación de cada uno de los intervinientes.
Por otro lado, se está demostrando que el presidente de la República sí puede ser investigado. En su artículo 117, la Constitución prohíbe acusar a un presidente mientras se encuentra en el ejercicio de sus funciones, pero no prohíbe investigar. Son dos verbos diferentes. Nadie está impedido de hacer lo que la ley no prohíbe.
(*) Exdecano del Colegio de Abogados de Lima
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