Opinión

Cuidado con la segunda ola

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Solo fue una tregua. Una palabra que viene del gótico triggwa (tratado) y cuya raíz —según los diccionarios ingleses— está en el término germánico treow (creer), relacionado con trust (confianza) y true (verdad). Nada de eso hay en el Perú después de las fiestas. Ni los clásicos buenos augurios de paz y prosperidad trajeron algo de sosiego al país en el inicio de este 2023, cuyo horizonte se torna incierto y sombrío. “¡Si no hay solución, la huelga continúa!”. Esa clásica consigna de las luchas sociales en todo el mundo resuena como una amenaza. ¿Pero cuál es esa “solución” que se pretende? ¿Saben exactamente en el Gobierno qué es lo que quieren las personas que salen a protestar a las calles, plazas y carreteras?

Los fenómenos sociales evolucionan, se transforman y adaptan de acuerdo a realidades objetivas, pero también subjetivas, es decir, las guiadas por la emoción, como la euforia, la alegría, la pena o el rencor. Eso lo saben todos los sociólogos y también lo deben conocer los especialistas en solución de crisis que, en estos momentos, con toda seguridad, están rodeando a la presidenta Dina Boluarte. No basta la experiencia política de un premier ni la habilidad o sapiencia de uno que otro ministro. Además, los hay pocos con esas facultades. Siempre fue así.

El miércoles 4 de enero fue marcado en el calendario como el día del reinicio de las protestas. Para el Gobierno debe ser el inicio de la segunda ola de una convulsión social que en la primera ola ya dejó 27 muertos y más de 100 heridos. ¿Qué pasó en este primer día? El equipo de solución de crisis lo debe haber anotado y subrayado.

En el primer día de esta segunda ola no hubo muertos y eso es lo mejor que ocurrió. Sin embargo, el hecho de que no haya habido víctimas mortales no significa que las protestas hayan amenguado. Lo que sí está confirmado es que las marchas están focalizadas en el sur del país y Lima.

Otro detalle clave en la búsqueda de la salida de este oscuro túnel es el orden de las demandas de la plataforma de lucha de los manifestantes. Ahora ponen en el primer lugar de su lista la “renuncia de Dina Boluarte”, que ha desplazado al “cierre del Congreso” al segundo lugar. ¿Quién sería el presidente hasta que asuma el sucesor de Dina?. Luego sigue la “Asamblea Constituyente”, frase que es pregonada a voz en cuello por muchos manifestantes que, sin embargo, ignoran de qué se trata este mecanismo. Ahí está el detalle. Reclamos sin sustento y llevados solo por un grupo de interesados en crear el caos y el desorden en solo perjuicio del país. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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