Opinión

Angélica Espinoza: Honor y gloria por el Perú

Por: Tito Ponte Silvera

En un país como el nuestro hablar de deporte, es hablar de fútbol, o quizás de vóley, pero de nada más. Nuestra cultura deportiva es tan limitada que poco sabemos del logro de atletas de diversas disciplinas que tristemente están en el anonimato, por el abandono dirigencial y la precaria difusión que se les otorga en los medios de comunicación masivos.

Sin embargo, en estos tiempos, la irrupción milagrosa de un ángel marcial nos dio luz, brillando firmemente sobre un tatami, levitando con astucia y desafiando a la historia, para erigir así, en los más alto, el nombre del Perú, en la escena más importante del deporte. Leonor Angélica Espinoza Carranza rompió paradigmas, acabó con el maleficio de 21 años sin poder sumar una medalla dorada en unos Juegos Paralímpicos, después de la alcanzada por Jimmy Eulert (Sidney 2000).

En 2017 inició su andar en los paradeportes, con una montaña de sueños. Su propia voluntad y retos la llevaron hasta el Campo de Marte para empezar en la natación. El talento y el carácter los tenía, y esa constancia que refleja siempre en sus ojos. Pero, ella quería más; para ese entonces, Renzo Parejas, entrenador de la disciplina en Perulímpicos, se dio cuenta de ello y la invitó a probar en otra disciplina. Fue allí cuando se comunicó con Yvonne de la Cruz, y le recomendó a la novel e impetuosa paradeportista. Cuenta la propia entrenadora que desde que le indicó la rutina a Angélica, ella lo hacía con una facilidad asombrosa, como si siempre lo hubiese hecho. “Angélica es una chica que inspira a creer que no hay imposibles”, dijo De la Cruz en entrevista para La Noticia Multimedia.

Hace unas horas, la Federación Internacional de Taekwondo la exaltó como la parataekwondista más importante del mundo en 2021, hecho inédito, que pone a Angélica Espinoza en un sitial de honor, un acontecimiento que debería ser más que publicitado y repetido hasta que se no quede fijado su nombre, como historia digna de emular, como una peruana que dignifica nuestro gentilicio y como esa mujer con principios y valores que lucha por la igualdad y afirma el repudio contra el maltrato. ¿Qué debería hacer Angélica Espinoza para salir en tapas, portadas y programas de televisión dando el testimonio de sus logros, y de cómo puso al Perú en la cima? Quizás vale más la perfidia y deslealtad de personas marginales, que la grandeza patriótica de una notable personalidad como la parataekwondista dorada.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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