Los peruanos somos cada vez más. Todos los años nacen alrededor de 600 mil niños en todo el país, y mueren unas 300 mil personas. O sea, cada año somos alrededor de 300 mil peruanos más, que deben alimentarse, educarse y emplearse para vivir dignamente.
Ahora bien, dado que todavía arrastramos un alto nivel de pobreza, la economía – o el Producto Bruto Interno (PBI) – debe crecer por encima de 4% o 5% anual para que los peruanos pobres, dejen de serlo. La única forma de reducir la pobreza de un país – está recontra demostrado – es mediante el crecimiento económico.
No hay otra. Si la economía creciera entre 2% y 3% anual, todo seguiría tal cual. Los peruanos pobres, seguirían siendo pobres. Lo cual, de por sí, es terrible.
Pero más terrible aún es que la economía crezca 1%, 0%… o decrezca. En ese caso, la pobreza aumentaría. O sea ¡una tragedia humana! Bueno pues, durante los últimos 10 años o más, nuestra economía está trabada. Está creciendo, pero poco.
Está creciendo por debajo de las tasas que propiciaron, en el pasado, la reducción significativa de la pobreza en nuestro país. Me refiero a las décadas de los años 90´s y 2000’s.
Este 2023 viene mal. Según los especialistas, creceremos menos de 1%. O sea, peor que los últimos años. Así, más peruanos pasarán a ser pobres. Habrá más informalidad laboral y más ambulantes en las calles. Crecerá la delincuencia y se reavivarán los conflictos sociales. Proliferarán – más aún– las ollas comunes y los mendigos con criaturitas a cuestas.
Sin embargo, en medio de este drama socioeconómico, el Gobierno, muy suelto de huesos, anuncia, por todo lo alto, un incremento de 12% en el presupuesto público para el ejercicio fiscal 2024. El presupuesto del Estado pasará de S/. 214 mil millones en el 2023 a S/. 240 mil millones el próximo año.
Claramente, el Gobierno está en otra. No tiene idea del sufrimiento de nuestra población civil y de los pequeños y micro empresarios. ¿Cómo se les ocurre aumentar el presupuesto, tan por encima del crecimiento de la economía? O sea, más plata para las instituciones que todos los años aparecen liderando el ranking de la corrupción de la Contraloría General de la República (CGR). ¡Qué tienen en la cabeza!
Lo sensato sería reducir la burocracia parasitaria que nos maltrata y extorsiona sin piedad. Fusionar, absorber o disolver instituciones redundantes y corruptas como la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, Provías Nacional, Provías Descentralizado, PRONIS (que supuestamente hace infraestructura de Salud), PRONIED (que supuestamente hace infraestructura de educación), más todas las Direcciones Regionales de Infraestructura… todas instituciones estatales donde se le rinde pleitesía a la diosa coima.
El estatismo se sirve del pueblo, en vez de servirlo, como es se deber. Al estatismo no le importa que se achique el mercado… lo único que le importa es agrandar el Estado.
¡Oh estatismo despiadado y cruel… cuánta burocracia, cuánta permisología, cuánta mediocridad, cuánta coima, cuánta miseria nos has traído a los peruanos!
* Exgobernador regional de Ica
* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados
