La situación política nacional está en punto muerto, el Congreso por falta de votos no puede vacar a Pedro Castillo y, de otro lado, este no puede cerrar el Parlamento sin incurrir en una infracción constitucional. Por ello es necesario explorar alternativas de solución para salir de esta crisis que no solo es política, sino económica y social.
Están demostrando, hasta la saciedad, los niveles de incompetencia para gobernar de parte del Ejecutivo, que lleva al país a una inestabilidad constante que se refleja en la imposibilidad de superar la crisis con el cuarto gabinete al borde del colapso y 50 ministros relevados.
En economía es donde se refleja esta mala situación, hay escasos niveles de empleo, los precios de los alimentos no cesan de subir, los pasajes y fletes al alza, así como las tarifas de los servicios públicos.
La agricultura muy afectada por la falta de fertilizantes, cuyos precios se han incrementado, augurando una mala cosecha para el presente año. La minería de bajada, con proyectos paralizados y exportando cada vez menos. En general la inversión privada en 0 por falta de confianza y exceso de incertidumbre al volverse a la carga con la cantaleta de la Asamblea Constituyente.
Para superar este estado de cosas es necesario construir consensos y el primer paso debe ser entre los partidos democráticos representados en el Congreso para concordar una posición que posiblemente pase por una declinatoria del período parlamentario y el recorte del mandato.
Este consenso debe comprender también al presidente Castillo, para que el retiro del Ejecutivo y del Legislativo sea simultáneo y pacífico, bajo las siguientes reglas: Recorte del mandato presidencial y parlamentario a fecha por determinarse, que no puede exceder del 28 de julio de 2023.
Reforma constitucional que comprenda el recorte del mandato por excepción, la eliminación de la prohibición de reelección parlamentaria y creación de la bicameralidad.
Puede hacerse por dos legislaturas, la primera estas semanas y la segunda en agosto de 2022.
Renuncia del presidente y vicepresidenta de la República.
Remoción de los miembros del JNE que participaron en las elecciones anteriores.
Convocatoria a Elecciones Generales por quien asuma la jefatura de la Nación interinamente.
Instalación de un nuevo gobierno constitucional.
También debe contarse con otros partidos democráticos que sin estar en el Congreso, tienen una presencia política trascendente, así como con la sociedad civil debidamente acreditada, que juega un rol muy importante en el desarrollo del país.
Salvando las distancias, hay que mirar el buen ejemplo del año 2000 en que dejamos de lado cualquier interés personal o partidario a pocos meses de haber sido elegidos para facilitar la transferencia democrática.
(*) Ex Congresista de la República
(*) Ex Presidente del Consejo de Ministros
* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados
