Opinión

¿Alberto Fujimori es próximo candidato a las elecciones?

Por: Omar Chehade Moya

El expresidente Alberto Fujimori acaba de declarar a algunos medios de comunicación que “quiere asumir todos los riesgos para postular”. Pensamos que se trata de una broma de mal gusto, o es que ya perdió la conciencia y el pudor.

En primer lugar, Alberto Fujimori jurídicamente no puede postular, porque tanto la Constitución política como las leyes en materia penal y la Ley Orgánica de Elecciones prohíben expresamente que un condenado en libertad (es decir, libre pero que todavía no ha cumplido el íntegro de su pena) pueda participar en cualquier elección popular.

Alberto Fujimori fue condenado por corrupción y por delitos contra la vida el cuerpo y la salud (homicidio calificado, secuestro y lesiones), así consta en la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de abril de 2009, ratificada en diciembre de ese año que le dictó 25 años de prisión como autor mediato de asesinato y otros ilícitos.

Tomando en cuenta que en el Perú purgó carcelería desde septiembre de 2007 (fecha de su extradición a nuestro país) su pena se cumpliría el año 2032, es decir, recién en ocho años, y si bien es cierto fue indultado, aunque polémicamente por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski en diciembre de 2017, dicha gracia presidencial recae solo sobre la pena privativa de libertad, pero la inhabilitación civil continúa hasta el año 2032 en que oficialmente Alberto Fujimori purgaría completamente sus delitos cometidos por el que fue sancionado por la justicia. Eso es en lo que respecta al tema netamente legal. Sin embargo, si nos vamos al terreno político, resulta un despropósito alucinante e inmoral que el señor Fujimori pueda postular, veamos.

Alberto Fujimori fue indultado supuestamente por temas humanitarios, ya que presuntamente su salud estaba muy deteriorada, la edad avanzada y una enfermedad casi terminal, tanto así que asistía constantemente a centros hospitalarios mientras estuvo encarcelado.

El suscrito, a pesar de que fui protagonista de la extradición del expresidente Fujimori de Chile al Perú entre 2006 – 2007, en el tiempo que trabajé en la Procuraduría anticorrupción, estuvo de acuerdo, solo por temas de humanidad con su indulto, aunque al mismo tiempo fui crítico del mecanismo mercantilista que utilizó el Gobierno de PPK con cierto sector del Congreso de aquella época para salvar su vacancia presidencial. Sin embargo, dije: “nadie puede morir enfermo en la cárcel”, sucedió con el expresidente Augusto Leguía quien falleció con menos de 40 kilos de peso en el penal del Panóptico por venganzas políticas.

Sin embargo, luego de su liberación, Fujimori se muestra activo en política, sin ningún desparpajo trata de limpiar con sus declaraciones a su ex siniestro asesor, Vladimiro Montesinos, colabora públicamente con su hija Keiko en temas electorales, y ahora pretende postular el 2026. Esto solo demuestra que el indulto con el que fue beneficiado de humanitario no tuvo nada, que todo fue una farsa, y que volviendo a las viejas andanzas de “la yuca” y “el bacalao” tratará nuevamente de engañar a la población. Estamos advertidos.

(*) Exvicepresidente del Perú.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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