Opinión

Vamos como pollo sin cabeza

Por: Hugo Guerra Arteaga

El gobierno comunista de Pedro Castillo nos está llevando al diablo y debemos detenerlo por todos los medios. Caso contrario, después no digamos “No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”, frase atribuida a Aixa, madre del rey Boabdil cuando este entregó Granada en 1492.

La situación empieza a ser desesperada. La calificadora internacional Moody’s acaba de rebajar la calificación de riesgo soberano del Perú de A3 a Baa1. Eso significa que el mundo está perdiendo la confianza en el Perú y los inversionistas consideran que la incertidumbre política está impactando negativamente en la economía.

El dólar ha rebasado el límite de los 4,1 soles. La inflación anualizada alcanza a 4.95%, pese a que el gran supuesto macroeconómico era no superar el 2%. En el segundo semestre de este año el crecimiento será cero, las inversiones productivas se retraen, suben los alquileres, el mercado de electrodomésticos y de bienes no fundamentales está paralizado y los ahorros nacionales se están vaciando porque empresarios, consumidores y el pueblo en general perciben que estamos como el pollo sin cabeza, vamos sin rumbo claro.

EsSalud anuncia huelga porque ni siquiera se han pagado los bonos COVID; los transportistas evalúan un paro nacional porque no se alivian las sobrecargas a su sector; entre tanto, el (des)gobierno financiero se acentúa. No se ha renovado coherentemente el directorio del Banco Central de Reserva; ha comenzado la fuga de talentos profesionales que buscan seguridad en el exterior; se sigue planteando el control de precios pese a que jamás ha funcionado; se amenaza con estatizar a la clínicas; se quiere poner a competir al Banco de la Nación con la banca privada; se pretende generar más burocracia ineficiente con la creación del ministerio de Ciencia y Tecnología; y se anuncia la entrega desordenada de más bonos y programas asistenciales sin explicar cómo se financiará la farra. En ese contexto caótico el ministro de Economía, Pedro Francke, debe sustentar ante el Congreso el proyecto de Presupuesto Público para 2022.

En el Legislativo las cosas están que arden. Por complicidad ideológica y hasta por cohecho se le dio le voto de investidura al Gabinete Bellido. Sin embargo, ya se formalizó el pedido de interpelación al ministro de Trabajo, Iber Maraví, por sus insoslayables vínculos con el terrorismo en la década del 80; y Castillo, desde la línea maoísta del régimen, confronta groseramente con la oposición y (hasta el cierre de esta columna) mantiene silencio sobre posibles cambios ministeriales.

Por lo demás el socarrón Bellido cobardemente se ha metido en el berenjenal de faltar el respeto a una congresista y ordenar el desmadre en la sagrada Procesión de la Bandera en Tacna. Todo apunta, pues, a una aceleración de la crisis hasta límites insostenibles. Eso nos obliga a incrementar la protesta popular, las manifestaciones masivas en la calle y el reforzamiento democrático de la oposición congresal. A como van las cosas solo la vacancia presidencial podrá salvarnos del salvaje comunismo que nos está asfixiando.

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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