Opinión

Adrianzén comienza muy mal

Por: Hugo Guerra Arteaga

El nuevo presidente del Consejo de Ministros ha comenzado con muy mal pie su gestión. Del saque le ha mentido al país y ha defendido a un Gabinete en promedio inepto y mediocre.

Gustavo Adrianzén fue la carta de solución a la crisis planteada por los escándalos personales de Alberto Otárola; y para muchos inicialmente parecía una buena selección debido a que en su condición de representante del Perú en la OEA tuvo las agallas de defender a los militares de la heroica Operación Chavín de Huántar, pechando a los caviares y comunistas en el corazón de su guarida de la CIDH en Washington.

Pero el saludo inicial pronto se vio deslucido cuando salieron a relucir otros antecedentes políticos de Adrianzén como escudero jurídico y político de Nadine Heredia y Ollanta Humala, perseguidor de la exprocuradora Julia Príncipe y enemigo obtuso del ex presidente Alan García al extremo de haber sido el artífice de que se le negara el asilo diplomático cuando la fiscalía lo perseguía políticamente. Cuestión esta última bastante delicada porque el país espera que muy pronto se investigue el “cerco” contra Alan que lo llevó a la muerte.

Con esas credenciales se llegó, además, a una primera conclusión: que Adrianzén, hombre de confianza de los hermanos Otárola (sirvió como ministro en tiempos de Fredy en el gobierno de Ollanta) sería la continuación del defenestrado premier y se convertiría en chaleco jurídico de Dina ante las graves acusaciones por violación de los derechos humanos en las algaradas de fines del año 22 e inicios del 23.

Entre tanto, la esperanza de que fuera un buen técnico pronto se ha visto disminuida. Haciendo matemáticas burlescas, el flamante PCM ha salido a celebrar que nuestro país obtenga por segunda vez en ocho años la localía para los Juegos Panamericanos del 2027 y ha anunciado inversiones en infraestructura deportiva por unos 400 millones de dólares bajo el supuesto de que por cada dólar invertido el rédito será de cuatro.

Es decir que obtendríamos beneficios por 1,600 millones de dólares en apenas unos 15 días, lo cual es una mentira porque todo el sector turismo está deprimido y al año genera un promedio de apenas 6 mil millones de dólares.

La mentira se burla de un país que se cae a pedazos en casi todos los sectores y donde el dinero se necesita con urgencia para atender la salud (en crisis estructural y sin medicinas genéricas por mal abastecimiento) y la educación (estamos en vísperas de un nuevo año escolar con más del 70 % de escuelas en estado deplorable).

Pero allí no termina el problema de Adrianzén: en vez de darse un aire indispensable para evaluar a su equipo ministerial, ha salido a defender a todos a saco enfatizando la permanencia de sujetos ineptos y nocivos como el titular del Interior sobre quien pende un proceso de interpelación para el cual ya habría 109 firmas sobre 130. Así, pretender mantener en el cargo al responsable del desborde de la criminalidad resulta suicida y revela que el nuevo PCM no tiene estrategia.

Las 13 bancadas del Congreso están encabritadas y ofuscadas, además, por la injerencia del Ejecutivo en la sede del Parlamento el mismo día que se votaba el destino de la JNJ. De modo que a Adrianzén le esperan jornadas cuesta arriba y por muy rudo que parezca su presidencia ministerial no está garantizada.

(*) Analista politico

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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