Opinión

El regreso del Senado

Por: Omar Chehade Moya

Si bien en este tiempo hemos sido muy críticos sobre la composición mayoritaria de este Parlamento, debemos reconocer que una de las pocas acciones importantes que ha tenido el Legislativo es la aprobación en primera legislatura del retorno a la bicameralidad.

Siempre dijimos que la madre de todas las reformas políticas era el regreso del Senado. Cuando ejercí en dos oportunidades la presidencia de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, aprobamos en dicha comisión el proyecto de ley de regresar a un sistema bicameral.

Lo aprobamos mayoritariamente en noviembre de 2013, y luego en noviembre de 2020. El problema se suscitaba cuando el proyecto aprobado pasaba al pleno para su discusión y votación.

Como es una reforma constitucional necesita para su aprobación, como mínimo, dos tercios del numero legal de congresistas, esto es al menos 87 votos. El 2014 el fujimorismo estaba empeñado torpemente, en que, como su líder Alberto Fujimori, eliminó el Senado de nuestra Constitución, entonces, no podían reponerlo, además de ser impopular.

En el período 2020 – 2021, si bien había más consenso para su aprobación, incluso en filas fujimoristas, el problema fue la coalición comunista – caviar y el perverso legado que dejaba Martín Vizcarra y Francisco Sagasti para oponerse a la reforma constitucional en cuestión y que en épocas de elecciones generales impedía el intento que tuvimos para su aprobación.

Hoy, este Congreso mayoritariamente se ha puesto de acuerdo en dos temas medulares: 1) Regresar a la bicameralidad y, 2) eliminar la prohibición de la reelección parlamentaria. Ambas reformas fueron un lastre que aniquilaron la precaria clase política que quedaba, y pauperizaron el poder legislativo, que en tiempos pretéritos había tenido políticos notables que daban cátedra en los debates parlamentarios.

El retorno del Senado será importante, en primer lugar, para mejorar la calidad de las leyes. Cuando no existe Senado, está comprobado estadísticamente, que el poder ejecutivo observa las leyes del congreso 10 veces más en proporción, que cuando existe la cámara alta. Se derrocha inútilmente más dinero y esfuerzo en leyes y debates insensatos. Bajo este texto aprobado, mientras la Cámara de Diputados tendrá facultades de iniciativa legislativa y fiscalización, el Senado solo tendrá funciones revisoras (de los proyectos aprobados en diputados) y de designar a las altas autoridades del estado. (miembros del Tribunal Constitucional, BCR y Defensor del Pueblo).

Mientras la Cámara de Diputados tendrá una visión más regional, la cámara de Senadores tendrá una visión de estado. La unicameralidad fracasó en estos últimos 30 años. Volver a recuperar el Senado y la reelección parlamentaria (que es una carrera política legítima) es un gran paso adelante en la reforma política. Solo pediré dos cosas: que los partidos formen verdaderos cuadros políticos para llevar a la mejor gente, a la más capaz al Congreso y en especial al Senado, y, que este Parlamento en segunda legislatura, ratifique lo aprobado en primera instancia para que se haga realidad la ley del retorno del Senado de la República.

(*) Exvicepresidente del Perú

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