Opinión

6 meses de Dina Boluarte, luces y sombras

Por: Omar Chehade Moya

Se han cumplido seis meses desde el golpe de estado y vacancia presidencial de Pedro Castillo y por consiguiente medio año también de la sucesión constitucional que llevó a su vicepresidenta Dina Boluarte al poder.

En estos seis turbulentos meses de la primera presidente mujer de nuestra historia republicana, la señora Boluarte ha tenido luces y sombras en su gobierno. Es cierto que tuvo conflictos sociales que iniciaron contra ella la izquierda comunista y filo senderista que también perdieron el control del poder a la caída del corrupto, torpe y golpista Pedro Castillo, es cierto que también se vino el fenómeno del niño costero y los cambios climáticos, y finalmente el mortal dengue, sin embargo, no es menos cierto también, que la presidente constitucional, más allá de sus buenas intenciones, ha demostrado falta de liderazgo para conducir los destinos de la nación, y en ese espacio dejado por la jefe de estado, es el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, quien ha llenado esos espacios de poder político que por inexperiencia deja la presidente.

En nuestro sistema constitucional no existe la figura de un jefe de gobierno distinto de las funciones del jefe de estado. Según nuestra Constitución el presidente de la República es jefe de gobierno y jefe de estado al mismo tiempo. Sin embargo, actualmente en la práctica el jefe de gobierno es su premier, el señor Otárola, pues Dina Boluarte ha abdicado de esas funciones.

Otro escenario que pertenece a las sombras de su gobierno es que la señora Boluarte no se ha dado cuenta la falta de legitimidad que tiene ante la población tanto su régimen como el esperpéntico Congreso donde hoy resaltan figuras como: “los niños”, lobistas, mocha sueldos y gente sin ningún tipo de preparación política.

Lejos de ponerse de acuerdo entre ambos poderes del estado para adelantar las elecciones generales para el próximo año, han llegado a un acuerdo tácito infame para quedarse hasta julio de 2026. Como van las cosas es difícil avizorar que terminen sus mandatos sin turbulencias que perjudiquen al país, no obstante, parece importarles poco.

¿En su gobierno también ha habido luces? Claro que sí, no podemos ser mezquinos. En el terreno económico se ha recuperado la confianza en las inversiones, con reglas de juego claras y sin temores. La economía y el crecimiento se está estabilizando, el riesgo país ha disminuido, y nuestra moneda se ha robustecido con respecto al dólar que tiende cada día a la baja. En hora buena. En el terreno diplomático, nuestra Cancillería ha estado a la altura de las circunstancias, poniendo en su sitio a los presidentes injerencistas e ideologizados como Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador de Colombia y México respectivamente, incluso retirando a nuestros embajadores tanto de Bogotá como de México, además de tratar de recuperar el liderazgo en la Alianza del Pacífico. No cabe duda de que hemos mejorado nuestra posición de país con la caída de Pedro Castillo, y la asunción a la presidencia de Dina Boluarte, pero todavía es insuficiente.

(*) Exvicepresidente del Perú

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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