Opinión

100 días de Macondo

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

Nada parece tener de mágico realista los primeros cien días de Pedro Castillo en el gobierno pero, en una segunda reflexión, sí hay elementos que pueden aproximarlos al imaginario Macondo de la extraordinaria novela mágico realista de García Márquez “Cien Años de Soledad”, cuando: -Un ministro de Estado se ve obligado a renunciar por haber protagonizado una juerga ilegal prohibida debido a la pandemia, y en verdad, jamás debió ser nombrado por sus antecedentes y debido a que es abogado de una organización criminal.

-Tenemos un desfile de senderistas integrando dos gabinetes ministeriales.

-Castillo nombra un embajador, luego rechazado por sus antecedentes penales en el país de destino, y vuelve a designarlo en Venezuela (ya sabemos por qué).

-Vive en la nube del poder, en el contexto de un desconocimiento supino de sus funciones salvo, por cierto, jamás quitarse el sombrero para preservar la imagen ficticia que lo llevó al alto cargo que ocupa.

-Sigue constituyendo una de las dos caras de la misma moneda con Vladimir Cerrón, sentenciado por corrupción.

Sin olvidar que la “Nueva Constitución”, que es su caballito de batalla, simplemente no existe, no hay un proyecto, no ha presentado ni presentará siquiera los lineamientos porque, según ha precisado, será redactada en la “Asamblea Constituyente” que intenta imponer, en la cual el 50 por ciento de los integrantes -según el propio hombre del sombrero- deben ser delegados de “organizaciones populares” no elegidos por el pueblo (que tanto dice, lo preocupa).

Lo mágico realista es que él, y su bien aceitada maquinaria electoral, convencieron a millones de peruanos -es verdad, hartos de políticos ávidos, corruptos e incompetentes- para que votaran por él en base a esa mitológica e inexistente “Nueva Constitución” convirtiéndola en un supuesto vehículo de cambio y creación de nuevas estructuras sociales.

Y este es sólo un breve resumen del que, a todas luces, es un régimen inédito en la historia republicana cuyo presidente reúne todas las condiciones para ser vacado de inmediato.

Pero el Congreso, lleno de otorongos y de plata como cancha, no lo vaca y hasta le ha dado voto de confianza a dos impresentables consejos de ministros. ¡Estamos, ciertamente, en Macondo!

(*) Presidente de Perú Nación

(*) Presidente del Consejo por la Paz

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button