El último acto del presidente Castillo me confirma que es el hombre más patético que ha tenido a su cargo el Gobierno del Perú y que se haya puesto la banda presidencial. Incluyo en esto a civiles y militares. El último acto de Castillo, a través de su abogado, ha sido presentar un recurso de hábeas corpus para que los fiscales no ingresen a Palacio. Después de que dijo que daba todas las facilidades para investigar el caso de Petroperú. El presidente Castillo se está escondiendo, tiene mucho que ocultar y lo último que le queda por ocultar es cubrirse a sí mismo. Aparte, este tiempo ha estado ocultado bajo el sombrero, bajo la sombra del sombrero supuestamente cajamarquino. Pero ahora ya tiene que esconderse, ocultarse. Quiere escaparse como sea, detesta lo que está ocurriendo, se considera acosado, perseguido y, efectivamente, está perseguido por el momento por una investigación.
El presidente escapa, huye, se convierte en un personaje patético. Todo esto está ocurriendo, además, en cinco meses, que es lo que dura su gestión. Hay seis gruesos escándalos en los que él interviene y todos tienen que ver con la corrupción, con ocultar cosas. Por ejemplo, la lista de Breña hasta ahora no la conocemos y ni la conoceremos jamás, esa es la verdad. Vemos el cinismo, la corrupción, los “accidentes” de un Gobierno que realmente nos está llevando al desastre total. Ya veníamos mal por la pandemia, pero, ahora, esta otra pandemia política es haber elegido al presidente Castillo. Tenemos al presidente más patético de la historia del Perú, el señor Castillo. Evidentemente no está capacitado para gobernar. Se sabía, inclusive, por los debates, pero, aun sabiéndolo, mucha gente votó por él.
Tenemos una función suicida y solemos elegir a personajes que nos colocan al borde del abismo. Este personaje es uno de ellos. Lamento decirlo, pero no hay solución mientras el señor Castillo siga siendo presidente de la República. Estamos haciéndonos pobres, el Perú se devalúa, las acciones han caído en el mercado. Así estamos no por culpa de la pandemia, sino ahora, básicamente, por culpa de la política. Hemos elegido la desgracia, esa es la verdad, no hay que tapar el sol con un dedo.
Al principio se pensaba que el tema de Castillo y de su Gobierno era un tema de incompetencia. Ahora también nos damos cuenta que es un tema de delincuencia, esa es la triste realidad. Un presidente sin base social nunca dura por más que el Congreso lo tenga fragmentado y logre hacer alianzas temporales con algunos partidos como el de Acuña, de Luna y Acción Popular. Por eso Perú Libre está esperando que esto se deteriore para tomar las riendas absolutas del Gobierno ya que Castillo no lo puede hacer. Si esto ocurre así, Castillo se va a convertir en un títere, tampoco va a durar, pero quizá pueda ganar algunos días más. Vienen momentos difíciles, turbulentos y todos vamos a ser testigos de eso. Ojalá Dios se acuerde que es peruano.
(*) Periodista
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