Decía Abraham Valdelomar, quien usaba el seudónimo de Conde de Lemos y era periodista, dibujante, ensayista y dramaturgo, que “el Perú es Lima; Lima es el jirón de la Unión; el jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”. El Palais Concert, el otrora lugar de reunión de los intelectuales de las primeras décadas del siglo XX y construido por el arquitecto francés Gustave Eiffel, el mismo de la torre Eiffel de París, ya no existe. Sin embargo, el jirón de la Unión sigue siendo ese lugar donde confluyen personas de no solo de todos los rincones de Lima, sino de todo el país. Innumerables negocios, de todo tipo y para todos los gustos, mueven una gigantesca maquinaria comercial que, lamentablemente, se detuvo desde que el expresidente Castillo asumió el mando el 28 de julio del 2021.
Ha pasado casi un año y medio y los comerciantes del jirón de la Unión pasan las de Caín no solo por la pandemia, sino también porque en el anterior gobierno la policía empezó a cerrar las calles que confluyen en el centro de Lima, especialmente el jirón de la Unión, debido a las continuas marchas de protesta. Con las calles enrejadas, no podían ingresar el público habitual ni los turistas nacionales y extranjeros que desean recorrer los diversos atractivos que hay en el Centro Histórico de Lima. Esta situación significó un golpe para la economía de miles de pequeños y medianos comerciantes, emprendedores, que viven de su trabajo de cada día.
La asunción al mando de la presidenta Dina Boluarte representó una esperanza para los canillitas, anticucheras, dueños de bazares, panaderías, pollerías, heladerías, tiendas de ropa y otros establecimientos. Creyeron que se iba a calmar la situación y ya no sería necesario cerrar las calles para impedir que los manifestantes lleguen a Palacio de Gobierno.
Sin embargo, el gobierno de Dina Boluarte también fue presa de la convulsión social. Volvieron las marchas, las pacíficas o las vandálicas, que llevaron a las fuerzas del orden a cerrar nuevamente las calles por unos días. Ahora parece todo volver a la normalidad. En estos momentos hay una tregua, ojalá el Gobierno logre la paz que necesita el país para levantarse de tantas caídas. Depende de la voluntad y la eficiencia de nuestras autoridades. También de los manifestantes, pues es necesario que todos lleguen a acuerdos por el bien del Perú. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
