El país lamentablemente está sufriendo una ola de actos vandálicos bajo el rótulo de “protestas populares” que tendrían como objetivo la renuncia de la presidente Dina Boluarte, la disolución del Congreso de la República, la convocatoria inmediata de elecciones generales acompañada de una Asamblea Constituyente y la liberación del golpista corrupto ex presidente, Pedro Castillo. Sin embargo, cuando vemos anonadados y atónitos imágenes como la quema de la casa de un congresista en Puno hecha por “los manifestantes” nos preguntamos ¿son protestas o terrorismo? Cuando vemos que acribillan a un policía humilde en cumplimiento de sus labores, para luego quemarlo vivo y calcinarlo brutalmente, nos preguntamos: ¿son protestas o terrorismo? Cuando observamos que saquean casas, destruyen la propiedad pública y privada quemando locales comerciales: ¿son protestas o terrorismo? De igual forma cuando estos “manifestantes” muchos de ellos infiltrados por organizaciones subversivas y del narcotráfico, azuzados por el inefable Evo Morales y sus huestes comunistas, gritan a viva voz: “guerra civil” “guerra civil” nos volvemos a preguntar: ¿son protestas o terrorismo?.
Indiscutiblemente todos los actos vandálicos deben ser sancionados con la ley, pero el estado debe utilizar los mecanismos constitucionales para restablecer el orden interno, la seguridad y la coexistencia pacífica, sino nos convertimos en un estado fallido, en una sociedad anárquica que solo busca destruir como es el anhelo del comunismo marxista denominado hoy huachafamente como “socialismo del siglo 21” para luego construir sobre sus escombros una sociedad comunista de odio y venganza, como ha sucedido en Cuba, Venezuela o Nicaragua.
La izquierda comunista no sabe gobernar. Chile que era un ejemplo de crecimiento económico y orden, ahora con la llegada del socialismo de Boric está en total decadencia, En Argentina han llevado a la ruina económica a toda su nación, el resto de gobiernos de izquierda: Cuba, Venezuela, Nicaragua entre otros han destruido toda forma de vida democrática generando más miseria, porque el comunismo no sabe crear riqueza, el comunismo reparte pobreza, distribuye miseria. Pero para ellos, que todo lo destruyen, el culpable es la derecha y el imperialismo, y con ello justifican sus fracasos, ruindades y sobre todo su odio. Debemos lamentar la muerte de más de 40 peruanos y cientos de heridos, hechos que tendrán que ser investigados por el Ministerio Público y ser sancionados de hallarse responsabilidad por el Poder Judicial, pero no es menos cierto que toda esta situación ha sido generada por los golpistas Pedro Castillo, Betsy Chávez, Aníbal Torres, Guillermo Bermejo y otros que desde el Ejecutivo y cierto sector del Parlamento cuando estuvieron en el poder y durante 17 meses alentaron la cultura del odio y la lucha de clases mientras se enriquecían delictivamente aprovechando sus cargos y lucrando con discursos cínicos en perjuicio de la población.
Respetando los derechos humanos y los mecanismos constitucionales el gobierno de Dina Boluarte debe demostrar firmeza y acentuar el estado de excepción en determinadas zonas de nuestro territorio, aplicando el estado de sitio, y así evitar una guerra civil y el desmoronamiento del estado de derecho que pueda suscitar más muertes y enfrentamientos entre peruanos.
(*) Exvicepresidente de la República
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