“Cuando las decisiones coherentes son necesarias y se tienen que tomar sobre los intereses personales”. Acabamos de participar en una de las elecciones generales más sui generis de nuestra historia.
Las restricciones de la pandemia, la sobre participación de partidos políticos forzados a competir bajo amenaza de perder la inscripción, la obsesión de los medios contra Lescano y su “chilenizacion”, contra el llamado “Porky“ y su cilicio y contra un señor mayor que sería “Presidente de lujo II” , lograron un descuido total del candidato que desde febrero congregaba miles en las plazas, logrando una aceptación que no aparecía en las encuestas “truchas”.
Estas encuestas, que publicaban pronósticos tan diferentes entre ellas, utilizando muestras de supuestamente la misma población, con métodos semiprobabilísticos (o sea a dedo) lo único que han demostrado es que se han ganado a pulso ser llamadas “truchas”.
Pedro parecía ser un candidato que no sería peligro para el status quo, para el establishment. Lo ignoraron, lo ningunearon y así su popularidad creció. ¡Llenaba plazas donde iba, la gente se exponía al contagio con tal de escucharlo y la policía lo permitía!
En el debate, en vez de balbucear y tratar de leer un mensaje mal redactado y escabullirse bajo la protección de la oscuridad como lo hizo un candidato mal llamado “rebelde”, utilizó su tiempo de forma coherente y precisa, demostrando preparación y mandó su mensaje populista que caló fuerte en el espíritu del peruano olvidado.
El no pareció, él es. Pedro Castillo es un profesor, rondero, dirigente y líder que tiene el respaldo de millones que nunca fueron partícipes o beneficiarios del “milagroso” crecimiento económico peruano. Un hombre que desafía todo y promete cosas que para los técnicos podrían ser consideradas inviables y que si se ejecutaran, según ellos, llevarían al Perú a la quiebra.
Cuando un hombre toma decisiones duras y radicales, las verbaliza y sobre todo las mantiene, a pesar que va contra intereses personales, ese hombre o mujer se convierte en un líder, en un verdadero representante del pueblo, y muy probablemente en su presidente. Podrá el profesor, rondero, dirigente, líder, cumplir sus promesas? Ser y no parecer.
(*) Ingeniero Industrial Northeastern University, Boston MA USA CIP 222992
(*) Magister en Administration y Finanzas, University of New Hampshire, Durham, NH USA
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